El 30 de diciembre de 2024, un avión de pasajeros de AZAL fue derribado sobre Chechenia tras ser «cegado» por medios de guerra electrónica rusos y posteriormente alcanzado por un sistema de defensa aérea, según informó el medio Charter’97.
El controlador aéreo a cargo durante el incidente, Ali Idrissov, exjugador del club de fútbol Terek (actualmente Akhmat), fue interrogado al respecto. Idrissov afirmó desconocer la activación de la defensa aérea en el momento del aterrizaje y aseguró que recibió información sobre el plan «Kover» —un protocolo defensivo— cinco minutos después de la emergencia. Según su testimonio, no estaba al tanto de un ataque con drones y asumió que el incidente se debía a una colisión con aves, basándose en la comunicación de la tripulación.
Además de Idrissov, fue interrogado Jamlail Bakanayev, jefe de vuelos del aeródromo de Grozny. Bakanayev, quien anteriormente trabajó como traductor y tuvo ingresos de la Compañía de Radio y Televisión Akhmat Kadyrov Way, es responsable de inspeccionar y evaluar la preparación del aeródromo para recibir y despachar aeronaves. Afirmó que todos los sistemas estaban operativos y que no había impedimentos para el aterrizaje del vuelo Baku-Grozny en ese momento.
Durante la aproximación al aeropuerto, la aeronave perdió las señales de los sensores GPS y la comunicación, lo que obligó a los pilotos a maniobrar casi a ciegas. El jefe de vuelos se enteró del plan «Kover» cuando ya era demasiado tarde para intervenir.
Este trágico incidente ha suscitado interrogantes sobre la coordinación entre los controladores aéreos y las unidades de defensa aérea, así como sobre la seguridad de los vuelos civiles en zonas con operaciones militares activas. Las autoridades continúan investigando para esclarecer las circunstancias exactas que llevaron al derribo del avión y evitar futuros desastres similares.