Hoy es un día especial para Carlos, su novia viene desde Londres después de haber estado allí un mes por cuestiones laborales. Su vuelo aterriza a las cinco y media en el aeropuerto de Madrid-Barajas, así que Carlos está en el aeropuerto un poco antes de la hora por si el vuelo se adelanta algunos minutos.
Parece que hay más gente de la normal o es que pasa algo con la facturación, porque se están formando unas grandes colas en los mostradores. Entonces Carlos cae en la cuenta de que hoy es viernes 3 de diciembre, primer día del Puente de la Constitución del año 2010. Así que piensa que es normal que haya más jaleo del habitual cualquier otro día.
La gente, armada de paciencia, espera en las colas sin mayores problemas. Pero entonces ocurre algo que Carlos no entiende y que deja sorprendidos a todos los pasajeros que se encuentran alrededor. Aparecen cuatro individuos, dos hombres y dos mujeres, armados con una gran cámara profesional de filmar imágenes. Seguramente se trate de alguna cadena de televisión que irá a cubrir la salida del puente en los aeropuertos, pero pronto descubren que no.
Esos individuos toman posición entre los pasajeros, -para parecerlo- y dos de los cuatro filman mientras los otros dos actúan. Los dos “pasajeros” entonces hacen una actuación magistral:
Actriz: “Nos íbamos a ver a nuestros hijos enfermos que están hospitalizados en el extranjero después de ahorrar durante meses de duro trabajo para poder pagarnos este viaje y verlos los pocos días que podemos en el Puente de la Constitución”. (Entonces la mujer empieza a llorar desconsolada).
Los pasajeros de alrededor (los de verdad) se quedan perplejos ante lo que están presenciando pero nadie dice nada. Carlos por su parte está igual de perplejo y sigue presenciando el espectáculo sin entender realmente de qué se trata.
Entonces el actor masculino añade: “no hay derecho a que los controladores aéreos que son unos privilegiados tomen de rehenes a los pasajeros y abandonen su puesto de trabajo para defender sus privilegios y su sueldo de más de 500.000 euros. No podemos ir a ver a nuestros hijos enfermos (la “actriz” aumenta los sollozos), nos han destrozado el puente y la ilusión”. La escena termina con el “actor” fundiéndose en un lacrimógeno abrazo con la “actriz” y llorando desconsolados los dos. Entonces los de la cámara dejan de filmar, los actores dejan de llorar de inmediato y recuperan la compostura instantáneamente, recogen los trastos tan tranquilos y se van los cuatro tan súbitamente como habían aparecido.
Carlos por entonces no entendía nada, el factor sorpresa evitó que reaccionara a tiempo. Pero ahora lo entiende todo perfectamente, Carlos es controlador aéreo y sabe muy bien lo que pasó:
¿Se sabrá algún día la verdad?.Creo que no.Toda la casta política está de acuerdo en que perdure la «GRAN MENTIRA».
¿sabéis si esas imágenes se han emitido en algún medio?Estos tipos deberían declarar delante del juez
El problema es que una cosa es saber y otra poder probar. Además sabiendo cómo está la «justicia» con nosotros, no tenemos nada que hacer. Nos limitamos a denunciarlo pero ¿crees que alguien lo tendrá en cuenta?, por supuesto que no. La destrucción laboral y vital de los controladores aéreos está planificada y decidida desde hace mucho tiempo y simplemente van siguiendo los pasos según les va conviniendo. Gracias