Madrid, SP.- El Tribunal Supremo ha dado un paso decisivo al desestimar el recurso de casación presentado por ENAIRE, confirmando así la ilegalidad de la doble escala salarial que afectaba a los controladores aéreos contratados después de la entrada en vigor del II Convenio Colectivo en 2011. Esta sentencia, que se convierte en una victoria histórica para el colectivo de controladores, elimina una estructura salarial discriminatoria que no solo vulneraba el derecho de igualdad laboral, sino que también dividía profundamente a los trabajadores del sector.
Desigualdad en el complemento de puesto de trabajo (CPT) y brecha salarial
La historia de esta reivindicación ha estado marcada por un conflicto sindical que ha expuesto contradicciones internas en el seno de los principales sindicatos. El Sindicato Nacional de Controladores Aéreos (SNCA) ha sido quien ha llevado la iniciativa en este caso, presentando la demanda para eliminar la desigualdad salarial en el complemento de puesto de trabajo (CPT). Este complemento, que representa una parte significativa del salario de los controladores, era reducido para aquellos contratados en años recientes, quienes cobraban solo entre un 60% y un 80% de su valor, mientras que sus colegas con mayor antigüedad percibían el 100%. Esta política ha sido una desventaja económica evidente y, sobre todo, una barrera psicológica que marginaba a los nuevos empleados de los beneficios plenos en un trabajo tan exigente como el de controlador aéreo.
La postura de SNCA, que ha defendido sin reservas la igualdad salarial para todos los controladores y quien asumió la iniciativa de esta demanda, en lo que representa un hito de la lucha sindical, ha recibido el apoyo de SPICA y OCCA, que han sido firmes en respaldar el caso en nombre de la equidad laboral.
En este contexto, la postura del Sindicato Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) ha sido particularmente controvertida. La percepción general es que, si bien USCA se adhirió formalmente, lo hizo tarde y de forma reticente, marcando una distancia notable respecto a la firmeza y claridad con la que SPICA y SNCA se posicionaron desde un inicio.
La postura ambigua de USCA: críticas y divisiones internas
Esta situación ha desvelado un conflicto sindical que pone en cuestión la verdadera unidad dentro del colectivo de trabajadores. USCA ha firmado sucesivos convenios colectivos con ENAIRE que mantenían, e incluso reforzaban, la estructura de doble escala salarial. Estas firmas permitieron que los trabajadores contratados después de 2011 percibieran un salario inferior al de sus colegas con mayor antigüedad, perpetuando una injusticia que no solo era una cuestión de dinero, sino que afectaba la moral y el sentido de pertenencia de los controladores más jóvenes. La “progresión retributiva” que defendía USCA, y que utilizaba como justificación de estas condiciones, resultó ser un arma de doble filo, ya que, en lugar de incentivar la profesionalización y la motivación, provocaba una percepción de discriminación y descontento entre los trabajadores.
El impacto de la doble escala salarial en los trabajadores del sector
El fallo del Tribunal Supremo confirma que la doble escala salarial era una práctica contraria al derecho fundamental de igualdad, respaldando así la postura que tanto SNCA y SPICA han defendido. En sus argumentos, ambos sindicatos sostenían que un controlador a pleno derecho, independientemente de su fecha de ingreso, debería tener derecho a percibir el mismo salario que sus colegas más veteranos, dado que desempeña las mismas funciones y asume las mismas responsabilidades. Esta victoria judicial envía un mensaje claro al sector, dejando al descubierto la fragilidad de los compromisos que permiten desigualdades tan obvias en aras de una supuesta estabilidad laboral o convenios negociados a puerta cerrada.
La necesidad de que USCA reevalúe su estrategia de negociación se hace más evidente que nunca. La idea de negociar en nombre de todos, mientras se permite que algunos trabajadores soporten una carga salarial desigual, ha demostrado ser un error que ha minado la confianza en la representatividad de USCA entre sus propios afiliados y en el colectivo de controladores. Este sindicato, que ha firmado los convenios que han perpetuado esta discriminación, ahora debe enfrentarse a la realidad de que los trabajadores valoran la transparencia y el compromiso en defensa de sus derechos, y que no están dispuestos a conformarse con posturas ambiguas.
Desafíos y oportunidades para restaurar la confianza en el sector
En este escenario, tanto ENAIRE como USCA deben ahora asumir el desafío de restaurar la confianza de un colectivo de trabajadores que ha visto vulnerados sus derechos básicos. Esta sentencia, más allá de sus implicaciones legales y económicas, es una reivindicación de que la justicia no está de lado de quienes aceptan compromisos en detrimento de la igualdad laboral. Por el contrario, pone de relieve que el verdadero éxito sindical radica en la coherencia y la firmeza, como lo ha demostrado SNCA en su iniciativa y SPICA en su apoyo constante a esta causa.
Este fallo no solo asegura pagos retroactivos y la recuperación de derechos para los controladores afectados, sino que también representa un hito que debe servir como ejemplo para otros sectores y sindicatos. SPICA y SNCA han dejado claro que la representación sindical es significativa solo cuando se alinea de forma inequívoca con los intereses y derechos de los trabajadores. Frente a posturas más flexibles y acomodaticias, como la de USCA, la demanda de justicia ha prevalecido, exponiendo una desconexión cada vez más evidente entre este sindicato y las necesidades de su propio colectivo.
La eliminación de la doble escala salarial simboliza hoy un triunfo de la justicia laboral que los controladores pueden celebrar. Sin embargo, también debe ser una advertencia para los sindicatos que, bajo la bandera de la “unidad”, han permitido prácticas injustas en el sector. En una profesión tan delicada y crítica como la de los controladores aéreos, la igualdad en el trato y el respeto a la labor profesional son esenciales para mantener un ambiente de trabajo saludable y justo, donde cada trabajador pueda sentir que su labor es valorada y retribuida en función de sus capacidades, y no de su fecha de ingreso.
Al final, esta sentencia marca un antes y un después en la lucha sindical dentro del sector de control aéreo. Tanto ENAIRE como los sindicatos deben asumir que los derechos laborales no son negociables y que cualquier intento de dividir al colectivo, ya sea mediante convenios desiguales o estrategias de negociación opacas, enfrentará una resistencia firme de aquellos que creen en la justicia y la igualdad.