La puesta en marcha del nuevo sistema de control aéreo virtual en Menorca continúa encallada, tal como informó el diario Menorca.info Más de 31 meses después de iniciarse una “fase de pruebas” que se preveía superar en apenas dos, el proyecto sigue sin el visto bueno de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA). Mientras tanto, la torre de control física de 1969 se mantiene a base de continuas inversiones y “parches” ante su progresivo deterioro
La perspectiva de los controladores
El sindicato de controladores aéreos SPICA ha señalado las implicaciones que los retrasos y las condiciones actuales de la infraestructura tienen sobre la seguridad y la operatividad. “Estamos hablando de gestionar el tráfico aéreo con herramientas obsoletas mientras la tecnología virtual no arranca. Esto no solo afecta al personal, sino también a los pasajeros que dependen de una gestión segura y eficiente”.
El PP exige una torre tradicional
En la misma línea, el Partido Popular (PP) ha solicitado la paralización del proyecto virtual para, en su lugar, construir una torre de control tradicional que sustituya a la actual. Tal y como se recoge en la información publicada por controladoresaereos.es, el PP considera que, tras tantos contratiempos y la carencia de explicaciones claras por parte de AENA, es urgente retomar la solución física que garantice la seguridad a largo plazo.
Un modelo pionero, pero ineficaz
El sistema virtual, que permitiría gestionar el tráfico aéreo sin visión directa de las pistas, fue presentado como una solución moderna y económica. Sin embargo, los problemas de implementación y la falta de transparencia por parte de AENA han suscitado críticas desde múltiples frentes. Instituciones locales y partidos políticos han reclamado sin éxito la construcción de una nueva torre física, cuya necesidad quedó documentada desde 1999
Contratos suspendidos y transparencia en entredicho
El prolongado retraso ha obligado a AENA a suspender en repetidas ocasiones varios contratos vinculados a la torre virtual, cuyo coste total supera los 5,4 millones de euros. Esta situación ha generado críticas generalizadas por la falta de transparencia en torno a las causas de la demora, y ha intensificado la presión de SPICA y de otras formaciones políticas para que se informe con claridad sobre el futuro del control aéreo en la isla.
Perspectivas inciertas
Con una torre física que se acerca a los 60 años de uso, un sistema virtual enredado en trabas técnicas y la voz de SPICA clamando por soluciones efectivas, el escenario en el Aeropuerto de Menorca sigue teñido de incertidumbre. Mientras no se defina una fecha de implantación y la Agencia Estatal de Seguridad Aérea no dé su visto bueno, se multiplican las dudas sobre el rumbo que tomará el control aéreo en una de las infraestructuras clave de las Islas Baleares.