En 2024, los controladores aéreos han desempeñado un papel fundamental en la detección y gestión de numerosos avistamientos de drones no identificados que han irrumpido en el espacio aéreo, particularmente en regiones densamente pobladas como Nueva Jersey y Nueva York. Estos profesionales, en la primera línea de defensa, han sido clave para evitar incidentes mayores en una situación que mantiene a las autoridades y al público en alerta.
Una vigilancia constante en medio de la incertidumbre
Los controladores aéreos tienen la responsabilidad de garantizar la seguridad de miles de vuelos diarios, monitorizando con precisión los movimientos de aeronaves en un entorno altamente dinámico. En el contexto de los avistamientos de drones, su rol se ha ampliado para incluir la identificación de estos objetos voladores, que muchas veces aparecen sin previo aviso y fuera de las áreas permitidas.
Según informes oficiales, algunos de estos avistamientos han sido reportados directamente por controladores aéreos, quienes detectaron drones en proximidad peligrosa a rutas de aproximación a aeropuertos internacionales. Por ejemplo, en el aeropuerto internacional de Newark, uno de los más transitados de la costa este de Estados Unidos, los controladores tuvieron que coordinar maniobras evasivas para evitar riesgos de colisión.
El desafío de lo desconocido
Una de las mayores complicaciones que enfrentan los controladores es la falta de información sobre los operadores de los drones. A diferencia de las aeronaves tripuladas, los drones suelen volar sin transpondedores ni planes de vuelo registrados, lo que dificulta su rastreo y control. En algunos casos, estos dispositivos han sobrevolado zonas restringidas, poniendo en peligro no solo a los vuelos comerciales, sino también a infraestructuras críticas.
Un controlador aéreo con base en Nueva York, quien prefirió mantenerse en el anonimato, explicó a medios locales que uno de los desafíos más frecuentes es la incertidumbre. «Cuando detectamos un objeto no identificado, nuestro protocolo nos obliga a alertar inmediatamente a los pilotos y coordinar desviaciones si es necesario. Es una tarea compleja, porque muchas veces no sabemos si se trata de un dron operado de forma recreativa o de una amenaza más seria», comentó.
Reacción coordinada y nuevas herramientas
Ante el aumento de estos avistamientos, los controladores aéreos han trabajado en estrecha colaboración con la Administración Federal de Aviación (FAA) y otras agencias de seguridad. En varios aeropuertos, se han implementado sistemas de detección avanzados que combinan radares especializados y cámaras de alta resolución para identificar drones en tiempo real. Sin embargo, estas tecnologías aún no están disponibles en todas las instalaciones, lo que deja algunas áreas vulnerables.
Además, los controladores han sido capacitados para gestionar situaciones de emergencia relacionadas con drones. Esto incluye coordinar cierres temporales del espacio aéreo o desviar vuelos en caso de que un dron ingrese a zonas críticas como pistas de aterrizaje.
Un llamado a la acción
Los controladores aéreos han pedido a las autoridades reguladoras una actualización de las normativas para abordar esta problemática creciente. Entre las propuestas más urgentes está el desarrollo de sistemas obligatorios de geovallado (geofencing) para drones, que impedirían su acceso a áreas restringidas mediante tecnología GPS. También han solicitado mayores sanciones para los operadores que infrinjan las leyes.
«La tecnología de los drones avanza más rápido que las regulaciones, y eso nos pone en una posición difícil», señaló un controlador del aeropuerto de Teterboro. «Es imprescindible que las autoridades inviertan más en herramientas y en capacitación para que podamos mantener los niveles de seguridad que los pasajeros esperan».
Reconocimiento a su labor
A pesar de las dificultades, la labor de los controladores aéreos ha sido crucial para mitigar los riesgos asociados con los drones no identificados. Su capacidad para tomar decisiones rápidas bajo presión ha evitado incidentes graves en un contexto donde la seguridad del espacio aéreo se enfrenta a retos sin precedentes.
El aumento de avistamientos de drones durante 2024 pone de manifiesto la necesidad de reforzar la colaboración entre las agencias gubernamentales, las aerolíneas y los controladores aéreos. Solo mediante un esfuerzo conjunto se podrá garantizar que la tecnología no comprometa la seguridad en los cielos. Mientras tanto, estos profesionales seguirán desempeñando un papel central en la protección de uno de los sistemas de transporte más críticos del mundo.