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    Comunicado Afiliados: SPICA fija su posición ante la privatización del control aéreo de las torres

    El verdadero objetivo es la low-costización del control aéreo en España con la consiguiente pérdida de seguridad, y que desde SPICA llevamos mucho tiempo denunciando. 

    Junta Ejecutiva SPICA.- Desde SPICA queremos informaros de nuestra posición ante un nuevo intento de privatización de los servicios públicos, cuya primera fase ya ha salido a la luz anunciando la liberación de la gestión del servicio de control aéreo de siete torres,  responsables del servicio en los siguientes aeropuertos españoles: LEPA, LEST, LEBB, LEMG, GCLP, GXCO y GCTS. 

    Mientras continuamos a la espera de una reunión con el MITMA y ENAIRE donde esperamos poder conocer las intenciones reales del Ejecutivo en relación a esta nueva Orden Ministerial, consideramos que todo indica, que se trata de un nuevo intento de privatización total de AENA, y por lo tanto de otro servicio público, considerado esencial. 

    El Gobierno habla de esta “reforma estructural” atribuyéndole dos objetivos: “mejorar la calidad del servicio de control de torre y su eficiencia económica”. Sabemos que esto es absolutamente falso por diversas razones, y que estos argumentos no son más que” palabrería” para ocultar el verdadero objetivo: la low-costización del control aéreo en España con la consiguiente pérdida de seguridad, y que desde SPICA llevamos mucho tiempo denunciando. 

    Los controladores aéreos, hasta ahora, han estado prestando servicios bajo los más altos estándares de seguridad y calidad, con la eficiencia económica correspondiente a su puesto de trabajo. Es indudable, que los servicios de control de tránsito aéreo no se deben regir por más objetivos que la seguridad, el orden y la fluidez. Todo este proceso, por tanto, se traduce en una pérdida paulatina de seguridad, teniendo en cuenta que estos controladores con años de experiencia en sus puestos, serán reemplazados por nuevos controladores con cero minutos de experiencia y en frecuencia en esas dependencias, con experiencia limitada y con unos requisitos de acceso mucho menores a los de los actuales controladores en estas torres.

    Torre de Control Sabadell

    Sin ir más lejos, hoy en día, para acceder a la profesión de controlador aéreo solo se necesita de voluntad, saber inglés y disponer de 60.000 euros, siendo actualmente un negocio, para los nuevos proveedores de servicio. En relación con estos nuevos proveedores, Portobello está finalizando los últimos trámites para la compra del 100% de FerroNATS y así poder acceder a la compra de las torres privatizadas a través de Serveo, una de sus compañías participadas. “Curiosamente” la nueva privatización se ha anunciado tan solo unos días después de la operación de compra por parte de Portobello.

    Curiosamente” la nueva privatización se ha anunciado tan solo unos días después de la operación de compra por parte de Portobello.

    La estrategia de privatización para este Sindicato comenzó hace ya tiempo, desde el 2010 y desde el propio Ministerio, años más tarde hemos podido constatar, como ha ocurrido con la sentencia absolutoria de los controladores de marzo de 2022, donde se demostró la existencia de un cierre patronal y la voluntad de crear un conflicto con -y entre- los empleados de AENA en vistas a las privatizaciones. Recordemos como en 2010, los controladores fuimos utilizados para ocultar la privatización y salida a bolsa de los aeropuertos públicos, lo que propició que fondos buitre adquieran el 49% de AENA por menos de la mitad de su valor real de mercado. Los últimos movimientos empresariales de Portobello nos traen a la memoria escenarios semejantes. 

    En 2022, el Gobierno (con dinero público de la SEPI) rescató de la quiebra a Portobello, un fondo de inversión constituidos por un grupo de empresas a su nombre, entre las que se encuentra Serveo, que se prepara para el inminente traspaso de propiedad de FerroNATS y aprovechar para incrimentar sus beneficios. AENA adjudicará el servicio de control en estas torres, por la misma cantidad que actualmente abona a ENAIRE por el servicio, pero en este nuevo escenario, lo hará con las entridades privadas, la diferencia de salarios entre controladores del sector público y privado no se las ahorrará el erario público, sino que pasarán a ser beneficios para Portobello, si finalmente es este el operador privado. Por si esto fuera poco, los 60.000 euros del curso de formación para convertirte en controlador son tambien facturados por estos nuevos proveedores, ingresando también estas cantidades.

    La decisión precipitada de firmar el preacuerdo antes de acabar el pasado año, nos hacía suponer la existencia de un plan entre el MITMA y AENA

    AENA continuará pagando por el servicio de control de estas torres a privatizar una cantidad muy similar a la que le destina ahora a ENAIRE. El precio no se verá́ reducido, pero la seguridad desde luego que sí: como comentábamos, los controladores de ENAIRE serán sustituidos por controladores sin experiencia de Portobello cuyo objetivo no es que estos controladores permanezcan en sus destinos por mucho tiempo. Hemos constatado que desde la primera privatización ningún controlador de FerroNATS o Saerco ha trabajado durante más de cinco años para estas empresas de forma continuada. La falta de trabajadores experimentados en estos sectores privatizados es habitual y se traduce en una merma de seguridad de las operaciones, lo que consideramos inadmisible. Creemos que empresas como Portobello no consideran un problema, la tendencia irremediable de sus controladores a rechazar sus contratos, ya que se lucran con esta continua rotación que vacía de experiencia sus aeropuertos.

    Entre otras desventajas, ENAIRE perderá peso para competir en el mercado extranjero y se continuarán perdiendo contratos como los que han sido recientemente adjudicados a Alemania y a Gran Bretaña. Además, se diluye el concepto de RED con el que ENAIRE gestiona actualmente los aeropuertos que pretenden privatizar, generando ineficiencia y retrasos en la operación. 

    Por estas razones tan diversas podemos afirmar que la supuesta voluntad del Gobierno de “mejorar los servicios de calidad de control de la torre” es, simple y llanamente, falsa. 

    Desde el ejecutivo se transmite también, que la privatización contribuirá a un menor precio de los billetes aéreos y una mayor puntualidad. Desde el Sindicato nos preguntamos seriamente ¿cómo puede la privatización de las torres de control influir en la competitividad del transporte aéreo en España? En el precio del billete de los 7 aeropuertos afectados por las futuras privatizaciones, la parte de impuestos, tasas y cargos del operador se sitúa entre 7,01 euros y 10,49 euros. En este importe, se aglutinan varios servicios como el control aéreo, el IVA, los gastos de los controles de seguridad, el uso de las pistas, los costes de mantenimiento o el servicio de limpieza. 

    Al final, el dinero destinado al servicio de control de torre, por cada billete es de tan solo 1 euro por pasajero. Reduciendo este concepto, no se conseguirá bajar el precio del billete, por lo que el usuario nunca se va a beneficiar por la privatización de este servicio público. Desde SPICA nos gutaría destacar que España es uno de los países de Europa con las tasas más baratas, por ejemplo: las tasas de Madrid (18,63 euros) se alejan mucho de las de Ámsterdam (57,97 euros) o Múnich (45,36 euros). 

    Los usuarios, por tanto, ni ahorrarán dinero ni se beneficiarán de un mejor servicio, de hecho, este empeorará por ser atendidos por controladores con mucha menor experiencia. La premisa del Gobierno de “mejorar la eficiencia económica” tampoco se cumple, ni por la parte que incumbe al ahorro de los pasajeros ni por la bajada de los sueldos de los controladores. 

    La premisa del Gobierno de “mejorar la eficiencia económica” tampoco se cumple, ni por la parte que incumbe al ahorro de los pasajeros ni por la bajada de los sueldos de los controladores. 

    Con todo esto, desde SPICA ya podíamos imaginar las consecuencias que podía tener la reciente firma del preacuerdo del III Convenio Colectivo entre USCA y ENAIRE, mas aun cuando seguimos a la espera de dos sentencias por parte del Tribunal Supremo en relación a la doble escala salarial.

     

    La decisión precipitada de firmar el preacuerdo antes de acabar el pasado año, nos hacía suponer la existencia de un plan entre el MITMA y AENA, aunque en esa fecha, no podíamos entrever exactamente cuál. Ahora lo vemos todo más claro: la privatización de las torres de control es la continuación de la liberalización de este y otros servicios públicos y del declive de la calidad y seguridad de los mismos. Desde SPICA no podemos consentir que este proceso continue y permanecer de brazos cruzados, ya tenemos a nuestro equipo jurídico trabajando en esta y otras argumentaciones, económicas, operacionales y sobre todo del ámbito de la seguridad para presentar esta documentación antes del 10 de marzo en el portal que ha abierto el ministerio sobre esta privatización. 

    Ya no es solo cuestión del trabajo y la vida de 200 controladores, que serán reubicados en otros centros de trabajo de ENAIRE, se trata de un proceso de privatización de un servicio esencial en el que los actores conocidos AENA, ENAIRE y usuarios, o no ganan nada o pierden, en este proceso de privatización además, el actual nivel de seguridad de las operaciones se verá afectado.

    Solo el nuevo adjudicatario privado se llevará las ganancias de este negocio. Cuando solo una de las partes gana en un negocio, estamos rozando el timo o el pelotazo. 

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