Singapur.– El diseño de interiores siempre ha fascinado a Phan Min Er. En secundaria, pasaba las horas extraescolares buscando en Internet imágenes de hermosos espacios interiores. Si un diseño le llamaba la atención, lo guardaba para su futura casa.
«Soy una persona hogareña. Así que siempre he soñado con crear un espacio que me encantara», reflexiona esta singapurense de 34 años. «Quizá un lugar con vistas al agua o a la vegetación, con madera clara, colores claros, una iluminación cálida y un gran sofá en el que poder tumbarse. Un lugar que evoque la calma, donde puedas tumbarte durante horas sin tener que pensar en nada del mundo«.
Puede que a Phan le guste fantasear con la casa de sus sueños, pero nunca pensó que se pasaría su carrera construyendo una casa de ensueño tras otra para otros.
De hecho, al principio su carrera tomó un rumbo completamente distinto. Tras estudiar Estadística en la Universidad Nacional de Singapur, encontró por casualidad un trabajo de controladora aérea y acabó trabajando en la torre de control dirigiendo a los pilotos que salían y llegaban al aeropuerto de Changi.
Cuatro años más tarde, pasó a desempeñar funciones de control de calidad operativa en SilkAir, donde revisaba los datos de los vuelos, las preocupaciones de los pilotos y los informes de peligros para garantizar vuelos seguros y sin contratiempos.
Era un sector interesante y especializado del que Phan disfrutaba, y no esperaba abandonarlo, hasta que el COVID-19 sacudió la industria de la aviación y truncó sus aspiraciones profesionales en 2020.