More

    Dos dogmas sagrados del liberalismo que nos aplasta: “Paga sólo quien usa” y “Las empresas públicas son ineficientes y las privadas eficientes”

    Por C: controlador aéreo

    “Paga sólo quien usa un servicio” es uno de los dogmas sagrados del liberalismo que se aplica a empresas anteriormente públicas que han sido privatizadas. El falaz razonamiento que se esconde detrás es que si un ciudadano no utiliza un servicio no tiene por qué pagar por él. Lo curioso es que los liberales sólo lo emplean para las empresas privadas pero la falacia viene, entre otras cosas, al no emplearlo igualmente para empresas públicas. Dicho de otro modo, en una empresa pública el sistema de cobro por el servicio puede hacerse a través de peajes, tasas u otros medios para que pague sólo quien utiliza el bien o el servicio. Lo que esconde la enfermiza ideología liberal es el apoyo fanático a una dictadura empresarial de carácter privado en la cual los elegidos “ellos” tienen un poder omnímodo, tiránico e incontestable sobre la inmensa mayoría de la población.

    Una empresa pública bien gestionada puede ser un medio de rebajar impuestos en general porque da empleo que además genera bienestar social e impuestos de sus trabajadores para el estado. Esto último choca con las empresas privadas que reducen sus plantillas apretando salvajemente a los trabajadores que quedan y reduciendo así el número de personas que pagan impuestos.

    Pero además hay otro hecho asociado con éste: las empresas privadas siempre suben los precios para obtener más beneficios. Las privatizaciones suponen SIEMPRE un encarecimiento del servicio. Unas veces la subida de precio la hacen descaradamente –como en el caso de AENA con las tasas aéreas que no han hecho más que subir en los dos últimos años-, pero otras veces son más sibilinos y bajan los precios aparentes pero aumentan el mantenimiento o reducen la calidad del servicio básico para luego cobrar carísima cualquier mejora.

    La dictadura empresarial tiene una élite: los financieros y empresarios que mandan en el mundo actualmente; tiene unos lacayos beneficiados: los gestores de segundo grado que ponen en práctica despiadadamente las órdenes de la élite y que reciben un jugoso pago por ello; unos lacayos beneficiados por dar “legalidad” a la dictadura: los políticos (que por supuesto tienen su parte del botín) que imponen la dictadura empresarial mediante legislación para luego reprimir a sangre y fuego a quien se opone mediante el sistema judicial, la policía y el ejército; unos lacayos ideológicos manipuladores: la chusma periodística liberal que transmite la propaganda y lava el cerebro de una masa fácilmente manipulable; unos lacayos aparentemente opuestos: la izquierda (tanto política como periodística) que engaña a imbéciles en este teatro bufo que llaman democracia para que crean que la izquierda es oposición y que lucha por los derechos de los trabajadores (lo triste es que cuela en muchas mentes subdesarrolladas).

    El otro dogma del liberalismo que comento es: “Las empresas públicas son ineficientes y las privadas eficientes”. ¿De verdad? ¿Siempre y en todo lugar? La respuesta es NO. Las empresas públicas suelen ser ineficientes porque son ineficientes los gestores públicos provenientes en la mayoría de los casos de los partidos políticos o de puestos públicos que una vez que abandonan, son recompensados con un jugoso puesto en una empresa pública (muchas veces en privadas) sin tener ni la capacitación ni el interés necesarios para gestionar correctamente. Las empresas públicas se convierten así en un pago por los servicios prestados y en muchos casos (como el de AENA) lo que hacen los gestores públicos es hundirla a propósito generando una deuda impagable que luego es la excusa para privatizarla y beneficiar así a la élite de la que hablaba antes.

    Por supuesto hay que considerar también el encarecimiento que mencionaba anteriormente y que tira por tierra la cuestión de la eficacia, ya que si un servicio es bueno teniendo que pagarlo a precio de oro, ha dejado de ser eficiente.

    Lo que es corrupto e ineficiente es un sistema político que utiliza las empresas públicas como oficina de empleo para la mafia de los partidos políticos que llega a ellas con la intención de forrarse, y lo que es peor, con la intención de hundirlas para luego privatizarlas a precio de saldo. Y me he expresado mal: no sólo es corrupto e ineficiente, es DELICTIVO.

    Las empresas públicas las pagamos todos y luego son hundidas por los lacayos de la élite para que los beneficios queden en unas pocas manos privadas. En España el caso paradigmático es AENA. Durante años se han construido o remodelado aeropuertos fastuosos (faraónicos) que han endeudado la empresa con “amiguetes”. Una vez hecho el trabajo sucio se argumenta que no queda más remedio que privatizar porque hay mucha deuda y además la gestión es ineficiente.

    Además ¿acaso no se hunden innumerables empresas privadas?, ¿todas las empresas privadas funcionan bien?, ¿no existe la corrupción en el ámbito privado? Una empresa puede estar bien o mal gestionada independientemente de si es pública o privada. Lo que tenemos que preguntarnos es si tenemos un buen sistema político cuando vemos a nuestro alrededor cómo se están forrando unos pocos, cómo sólo llega al poder político una banda de corruptos, ladrones, analfabetos y mentirosos; cómo se legisla contra el pueblo, cómo los impuestos son asfixiantes, cómo los políticos gozan de innumerables prebendas que nunca tocan, cómo el paro rampante en todas las demás capas de la sociedad no afecta nunca a los políticos, cómo la gente cada día es más pobre, cómo se pierden derechos día a día, cómo votar no sirve para nada, cómo los políticos mienten enfermizamente y no cumplen ni una de sus promesas electorales y cómo nos espera un futuro muy negro de esclavitud y fútbol.

    Artículos relacionados

    ENAIRE: Líder en calidad percibida gracias a sus profesionales

    El gestor de navegación aérea español, ENAIRE, ha logrado una vez más un hito destacado al obtener la mejor calificación en el estudio de calidad percibida por sus clientes en 2024. Este reconocimiento subraya...

    Aerolíneas Internacionales en la Encrucijada: La Peligrosa Ruta del Cáucaso

    En medio de las crecientes tensiones geopolíticas en la región del Cáucaso, varias aerolíneas internacionales continúan operando vuelos que pasan a escasa distancia de la frontera rusa, a pesar de los riesgos asociados. Esta...

    Enaire Global Services despega para conquistar el mercado internacional de navegación aérea

    El Gobierno español ha autorizado la creación de Enaire Global Services (EGS), una nueva filial de la empresa pública de navegación aérea, Enaire, con el objetivo de impulsar su expansión internacional y adaptarse a...

    Innovación en Detección de Fallos: Su Potencial Impacto en el Control Aéreo

    La inteligencia artificial (IA) sigue avanzando a pasos agigantados en diversos sectores, y su integración en la industria aeronáutica plantea mejoras significativas en seguridad y eficiencia. Investigadores de la Universidad de Ciencia y Tecnología...

    El Papel de los Controladores Aéreos en la Tragedia Aérea de Chechenia

    El 30 de diciembre de 2024, un avión de pasajeros de AZAL fue derribado sobre Chechenia tras ser "cegado" por medios de guerra electrónica rusos y posteriormente alcanzado por un sistema de defensa aérea,...

    Últimos artículos

    3 COMENTARIOS

    1. Lo malo es que las empresas públicas se ponen siempre en manos de políticos,o de sus amiguetes,o familiares.

    2. Vaya, parece que el autor de este artículo ha pretendido poner a caldo al malvado liberalismo. En realidad no ha hecho más que describir con absoluta crudeza los efectos más evidentes del socialismo en todo tiempo y lugar en el que se ha hecho con el poder. España tampoco ha sido una excepción: desde 1982 hasta ahora (treinta años de democracia formal) los socialistas han gobernado veintiuno y medio. AENA fue montada por ellos con el propósito de usarla en beneficio de sus directivos, y con ellos gobernándola se ha llegado a la bonita cifra de déficit actual. ¿Dónde están los liberales en esta empresa? Y ya puestos, ¿dónde están los liberales en España? Yo creo que en España los liberales cabrían en un autobús. Por eso nos va como nos va.

    DEJA UN COMENTARIO

    Por favor ingrese su comentario!
    Por favor ingrese su nombre aquí