El ejército israelí interceptó el pasado sábado las comunicaciones de la torre de control del Aeropuerto Internacional Rafic Hariri en Beirut, Líbano, emitiendo amenazas directas contra un Boeing 747 iraní que intentaba aterrizar. El incidente, reportado por diversas fuentes como Middle East Monitor y Security Affairs, involucra un avión civil iraní al que Israel acusó de transportar armas para Hezbollah. Las autoridades libanesas, sin embargo, negaron esta acusación y aseguraron que la aeronave tenía un propósito exclusivamente civil.
El ministro de Transporte de Líbano, Ali Hamieh, confirmó que, ante las amenazas israelíes de atacar el avión si ingresaba al espacio aéreo libanés, se ordenó que evitara aterrizar. Israel ha estado vigilante sobre el posible suministro de armas a Hezbollah, un grupo terrorista apoyado por Irán, y ha intensificado las acciones militares en la región. El portavoz del ejército israelí, Daniel Hagari, advirtió que no se permitiría el uso del aeropuerto de Beirut para el transporte de armas, reafirmando la postura militar de su país.
La acción israelí podría tener serias repercusiones diplomáticas, especialmente en un contexto de creciente violencia en la región, donde Israel ya ha llevado a cabo ataques aéreos contra posiciones de Hezbollah en el sur de Beirut.
El incidente ocurre en un momento de alta tensión en Medio Oriente, con el conflicto en Gaza y los constantes choques entre Israel y Hezbollah, lo que plantea el riesgo de un mayor enfrentamiento regional.