Níger cerró su espacio aéreo debido a la «amenaza de intervención», ya que la junta desafiaba el plazo fijado por la CEDEAO para restituir al Presidente Mohamed Bazoum, elegido democráticamente, o enfrentarse a una posible acción militar. Por otro lado, Sudán amplió el cierre de su espacio aéreo (por octava vez desde abril) hasta el 15 de agosto debido al conflicto armado.
Sudán y Níger son dos países africanos que desempeñan roles estratégicos en las rutas aéreas debido a su ubicación geográfica. Sudán se encuentra en una posición céntrica en el continente africano, lo que lo convierte en un punto de conexión crucial entre África del Norte y África del Este, así como entre África y otras regiones del mundo. Por su parte, Níger está ubicado en la región occidental de África y comparte fronteras con varios países, lo que lo convierte en un punto de tránsito entre África del Norte y África Occidental.
Ambos espacios aéreos se encuentran en la intersección de rutas aéreas importantes que conectan diferentes regiones de África, incluyendo el tráfico entre África del Norte y África subsahariana. Además, dada su ubicación estratégica, el Aeropuerto Internacional Diori Hamani en Niamey o el Aeropuerto Internacional de Jartum pueden servir como puntos de escala para vuelos en rutas transafricanas, proporcionando servicios de apoyo y logística a la aviación comercial y de carga.
El cierre de ambos espacios aéreos supone que los aviones comerciales – tanto de pasajeros como de carga – deben desviar sus rutas, muchas veces de manera poco conveniente. Los aviones del eje sur-norte África-Europa están haciendo giros bruscos para evitar el espacio aéreo de Níger, desviándose a través de Nigeria y Burkina/Malí. Además, el riesgo en el espacio aéreo de Libia, país cercano a estos dos, complica aún más el desvío de las rutas por la zona.