Novedades en la opinión parlamentaria acerca de las privatizaciones de las torres de control aeroportuarias. El Parlamento Vasco aprobó este 18 de abril una resolución instando al Gobierno de España a “revisar” la orden ministerial de 9 de febrero en la que siete torres de control -entre ellas las de Bilbao- pasarían a ser liberalizadas.
En el documento ratificado por el Parlamento, se lee cómo «el Parlamento Vasco insta al Gobierno Vasco a que actúe contra la privatización del servicio de control aéreo de la torre de control del aeropuerto de Bilbao-Loiu tanto ante el Gobierno de Madrid como en el resto de ámbitos que le correspondan, ya que esta medida provocará el debilitamiento del patrimonio público, el empeoramiento de las condiciones de trabajo y la centralización del servicio». Asimismo, el Parlamento «señala la importancia del Aeropuerto de Bilbao-Loiu y de todos sus servicios para la conectividad de Euskadi e insta a su fortalecimiento desde la gestión pública«.
Pese a los intentos del grupo mixto que presentó la proposición, el Parlamento Vasco no se ha posicionado rotunda y contundentemente en contra de las privatizaciones -según este mismo grupo mixto, quien así lo expresó en la sesión parlamentaria-, aunque sí que ha aceptado la petición de revisión. Lo cierto es que este proceso liberalizador es materia del Estado, por lo que tendrán que esperar a que este tome su decisión.
ANTECEDENTES
El 7 de marzo, tuvo lugar una reunión en el Congreso de los Diputados donde un grupo parlamentario mixto presentó una proposición no de ley en la misma línea que la de hace unos días en el Parlamento Vasco. El PSOE se vio obligado a aceptar una enmienda transaccional a dicha proposición, paralizando por el momento el proceso de liberación.
Como relata elDiario, representantes de la torre de control de Bilbao comparecieron en el Parlamento para listar los inconvenientes y perjuicios que supondría esta privatización para el correcto funcionamiento de las torres. El servicio no sería de la misma calidad, la seguridad de los pasajeros se vería más comprometida y las condiciones laborales de los controladores empeorarían.