Las decisiones de AESA son inadmisibles, además de impracticables, en un estado de Derecho. En España, para nuestra desgracia, el Derecho está desaparecido desde hace mucho tiempo y se ignora el momento en que, tímidamente, aparezca.
Los hechos, sin embargo son irrefutables. En Noviembre de 2011 la AESA decidió incoar procedimiento sancionador contra 426 controladores por el cierre del espacio aéreo del 3 de Diciembre (para mí, cierre patronal “ilegal”). Sin embargo, en Julio de 2012 se producían los primeros Archivos provisionales contra las denuncias hechas a 14 controladores de Málaga, después hechas firmes. USCA no reaccionó con una querella por falso testimonio y simulación de delito (art.456 del C. Penal). La dejadez de sus obligaciones es patente. Quizás tenían un pacto secreto con AENA. Dicho archivo fue publicado en la prensa (ver periódico EL MUNDO) y se enteró todo el país, menos la AESA, que estaba a lo suyo y lo suyo era seguir las órdenes de acoso y máximo daño a los controladores, órdenes que emanaban del corrupto, prepotente e incompetente Gobierno de ZP. Pese a la clara existencia de procedimientos penales con la presencia de Fiscalía y Abogacía del Estado, la AESA, en un alarde inaudito de prepotencia y desprecio por la legalidad vigente, continúa violando el ART.7 del vigente Reglamento de La Potestad Sancionadora de la Administraciones Públicas, originando un daño colateral en los imputados consistente en presión psicológica con afectación en su estado de lucidez a la hora de trabajar y fuera del trabajo. El 20 de Diciembre de 2012, los abogados de SPICA, más de un año después de comenzar la acción ilegal de AESA, presentan un escrito ante la AESA donde les hacen ver que se están convirtiendo en candidato perfecto para la presentación de una querella por “prevaricación” (dictar resolución injusta a sabiendas). EL Decreto de 5 de Febrero de 2010 violó el Reglamento de CE 89/391 y la Ley de Prevención de Riesgos Laborales pero al Gobierno de entonces y al actual les da igual. Nuestras condiciones de trabajo son de más que dudosa legalidad, pero da igual. Somos el país en el que todo vale.
Mes y medio después (el 2 de Febrero de 2013) de continuar delinquiendo al por mayor (426 afectados) la AESA decide suspender los procedimientos. Con esta decisión ellos mismos confiesan su “delito”, como un vulgar delincuente lo hace ante la Policía o un Juez. Habría que explicar por qué ningún sindicato presentó la querella cuando desde Julio, como poco, de 2012, se sabía que se estaba cometiendo un delito continuado de “prevaricación”. Me temo que se irán de rositas.
Presentar escrito ante la Fiscalía General del Gobierno (no del Estado) hubiera sido contraproducente pues solo habría creado un nuevo enemigo a batir. Pero lo cierto es que ni la Mafia actúa con tantas ayudas de forma impune. A lo peor, alguien ha pensado que era mejor no provocar a la fiera (AESA) que ataca y devora incansablemente nuestros derechos y nuestra salud. Mostrarse cobarde y débil con el enemigo no significa ganarse su amistad sino facilitarle torpemente nuestra destrucción. El exceso de prudencia en realidad encubre cobardía. Así nos luce el pelo. Ni tan siquiera hacemos lo que cualquier colectivo hace, incluidos los Jueces: manifestar públicamente nuestro justificado malestar por las agresiones de que somos objeto. Nuestro complejo de debilidad no tiene explicación aparente ni razonable. Y vamos por el sexto Juez de Instrucción. ¿Qué presiones están sufriendo los Jueces que ninguno se decide a terminar la instrucción? No es cuestión económica. Es cuestión de mimetizarse en el paisaje.
Perdonad que con la legitimidad y serenidad que creo me otorga el hecho de estar jubilado desde mucho antes de las tristes e injustas circunstancia que comenzaron para vosotros con el primer decreto del 5 de Febrero de 2010, y que por tanto yo sólo sea un afectado moral, y no material, de esta la mayor canallada que jamás se pudo imaginar contra un grupo de trabajadores de primerísima fila e imprescindibles tanto en lo estratégico y en la defensa y el prestigio de la nación, como en lo económico, me tome la libertad de daros mi opinión respecto a este artículo, que creo está escrito con el corazón y desde el sentimiento más que justificado de la misma rabia e impotencia que nos sobrecogió a todos y que, con tal bestialidad de medios que utilizaron, quedamos como en estado cataléptico imposibilitados para reaccionar siquiera en un acto supremo de legítima defensa. La brutalidad y contundencia del ataque fueron tales, que aún a estas alturas, tres años después, no se termina de salir del shock.
Por mi edad y experiencia me gustaría deciros que así como no se puede dar al anemigo la sensación de cobardía o debilidad, tampoco es momento de darle la impresión de que somos reinos de taifas, porque ambas cosas le sirven a sus fines por igual. Es hora de seguir en piña y no disgregarse. Las cosas en cuanto a sentencias o resoluciones judiciales, van muy bien con esos archivos, y la consecuencia lógica es que este sea el resultado para todas las dependencias.
Desde mi ignorancia en asuntos jurídicos, pienso que más que de un sindicato, USCA o cualquier otro, la obligación de actuar de oficio y de forma automática una vez que se va descubriendo el pastel, debería ser del ministerio fiscal, que una vez al descubierto el delito y el delincuente, en este caso AENA y el anterior gobierno, tendría que acusarles directamente. Esto no quita para que un sindicato o unos particulares puedan presentar todas las querellas que consideren pertinentes. La cuestión está en qué procedimiento tendría más probabilidades de éxito, y cuál es exactamente el momento recomendado u oportuno para presentar esas querellas con el menor riesgo de que fuesen desestimadas o con resultado adverso. Supongo que vuestros abogados podrán aconsejaros lo más acertado o conveniente. Y en cualquier caso, recordad que existe una cosa que es mejor servirla en plato frío, pues le sienta mejor al comensal.
Yo sólo puedo desearos mucha suerte y mucha justicia a todos, y en especial a aquellos que estáis con una especie de espada de Damocles sobre vuestras cabezas. Y daros ánimos, porque estoy convencido de que la maldad nunca puede triunfar sobre la honradez y rectitud de conciencia. La lógica me dice que esta pesadilla y este infierno terminarán más bien pronto, y podréis volver a dormir tranquilos. Porque cuando una persona, llevada a una situación límite hace lo que en conciencia y pensando en el interés y el bien de los demás cree que es lo correcto, aunque ella corra riesgo, ese acto de heroísmo y entrega no puede, en buena ley, ser castigado, sino premiado.
Demasiado largo el comentario. Si a alguien no le gusta o no está de acuerdo, le ruego lo dé por no escrito, y me disculpe.
Un abrazo a todos.
HV,gracias por tus sabios consejos.Yo también estoy jubilado,pero a mi me pilló todo esto en activo y estoy imputado.Sigo muy de cerca todo lo que está pasando y por tanto,puedo asegurarte que el controlador que escribe este artículo tiene más razón que un Santo.
¡¡¡Claro que tenemos que estar unidos!!!.Tengo bastantes amigos en USCA pero,el problema es que USCA,lleva el paso cambiado desde hace mucho tiempo.
Siento que seas uno de los imputados, y comprendo y me hago cargo del sufrimiento que lleváis padeciendo ya casi tres años. De verdad, una cosa así es como para volverse locos, tirar la toalla y caer en la desesperación. Cada día me conmueve y admiro más vuestra actitud, que por otra parte, es lo que esperaba de vosotros como los profesionales con mayor sentido de la responsabilidad, formación humana y capacidad de aguante, cuando comenzó este infierno. Lo que se ha hecho con vosotros sólo es comparable con los grandes genocidios de la historia; es decir, el aniquilamiento y exterminio de un grupo injusta y gratuitamente sin escatimar medios.
Puede parecer un farol a toro pasado, pero lo que más me ha dolido de todo esto es precisamente el no haber estado ahí todavía y no haber podido servir siquiera de apoyo moral a los compañeros más vulnerables. Y claro, también no haber podido comprobar con el sentido del tacto la dureza de alguna cara que he tenido que soportar a mi lado durante muchos años, y que como era de prever, salió traidor.
En fin, amigo, reitero que estoy seguro de que pronto saldréis, los imputados, de este pozo profundo en que os veis. Cuando comenzaron los problemas en LECG, yo le decía a un compañero de allí, que tristemente continúa despedido, que cuando una persona buena y honesta, un profesional íntegro, ante una situación límite en la que está en juego la seguridad de terceros que dependen de uno, toma la decisión que en conciencia cree o sabe que beneficia más o perjudica menos, o simplemente que puede evitar un mal mayor, y lo hace consciente de que él puede ser represaliado, al final siempre prevalecerá ese mérito por encima de todos los demás conceptos. Por eso digo que todo esto tiene que terminar pronto, y vosotros con el honor repuesto.
No sé, pues llevo mucho tiempo fuera, pero me cuesta pensar que alguien, salvo los tontos útiles que con tanto entusiasmo han hecho el trabajo sucio que no podían hacer quienes no fueran controladores, siquiera de modo inconsciente, pudiera estar, por torpeza, colaborando con el enemigo.
Bueno, un fuerte abrazo. Y ánimo, que la risa va por barrios y está llegando al vuestro, que bastante han reído ya los otros.