El reciente anuncio de ENAIRE, el gestor de la navegación aérea en España, sobre el ahorro de más de 520 millones de euros para las aerolíneas entre 2021 y 2023. Intereconomía, por ejemplo, pone de relieve recientemente la labor esencial de los controladores aéreos. Estos profesionales garantizan la seguridad y eficiencia del tráfico aéreo, una tarea que, aunque a menudo pasa desapercibida, es vital para el funcionamiento del sector aeronáutico.
Los controladores aéreos son responsables de supervisar y dirigir el movimiento de las aeronaves en el espacio aéreo y en los aeropuertos, asegurando que los vuelos se realicen de manera segura y ordenada. Sus funciones incluyen autorizar despegues y aterrizajes, gestionar el tráfico en las pistas y mantener las distancias de separación entre aviones para prevenir colisiones
Esta labor requiere una elevada concentración y capacidad para tomar decisiones rápidas bajo presión.
La formación de un controlador aéreo en España es rigurosa. Se exige estar en posesión de una licencia emitida conforme al Reglamento 2015/340 de 20 de febrero de 2015. Además, se requieren habilidades específicas, como un alto nivel de inglés y la capacidad de trabajar en entornos de alta presión. Esta preparación garantiza que los controladores puedan desempeñar sus funciones con la máxima eficacia.
A pesar de su importancia, los controladores aéreos en España han enfrentado desafíos laborales significativos. Recientemente, el Tribunal Supremo condenó al Gobierno por aplicar una doble escala salarial que discriminaba a los controladores más jóvenes, quienes percibían un 40% menos que sus colegas veteranos desde 2011. Esta práctica resultó en una indemnización de aproximadamente 46 millones de euros y la necesidad de ajustar las nóminas de los afectados
Además, el colectivo ha solicitado la posibilidad de prejubilarse a los 55 años, similar a lo que ocurre en otros países europeos. Argumentan que, a partir de esa edad, aumenta la fatiga y disminuye la capacidad para manejar situaciones de estrés crítico, lo que podría comprometer la seguridad aérea. Sin embargo, hasta ahora, estas demandas no han sido plenamente atendidas por las autoridades.
La contribución de los controladores aéreos a la eficiencia del sector es innegable. Iniciativas como el Plan de Sostenibilidad Ambiental «Green Sky» de ENAIRE han permitido la implementación de rutas más directas, lo que ha generado ahorros significativos en combustible y una reducción en las emisiones de CO₂.Estas mejoras no solo benefician a las aerolíneas en términos económicos, sino que también contribuyen a la sostenibilidad ambiental.
Es fundamental reconocer y valorar el trabajo de los controladores aéreos. Su dedicación y profesionalismo son pilares sobre los cuales se sostiene la seguridad y eficiencia del tráfico aéreo en España. Garantizar condiciones laborales justas y adecuadas para estos profesionales no solo es una cuestión de justicia laboral, sino también una inversión en la seguridad y calidad del servicio aéreo que beneficia a toda la sociedad.
En conclusión, mientras celebramos los logros en eficiencia y ahorro en el sector aeronáutico, es imperativo no perder de vista a quienes hacen posible estos avances. Los controladores aéreos merecen nuestro reconocimiento y el compromiso de las autoridades para asegurar que sus condiciones laborales reflejen la importancia de su labor. Solo así podremos continuar avanzando hacia un sistema de navegación aérea más seguro, eficiente y sostenible.