En el ámbito de la aviación, la comunicación entre los controladores de tráfico aéreo (ATC) desempeña un papel crucial para garantizar la seguridad y eficiencia de los vuelos. La importancia de la comunicación entre los ATC radica en su capacidad para coordinar y controlar el tráfico aéreo de manera efectiva, proporcionando instrucciones precisas a los pilotos en tiempo real. Sin embargo, existen casos registrados de fallos de comunicación entre pilotos y controladores debido a la barrera del lenguaje. Estos incidentes plantean serias preocupaciones en términos de seguridad y funcionamiento de las operaciones aéreas.
En este post de Paul Stevens en LinkedIn, vemos un vídeo en el que se reconstruyen (desde liveatc.net) los efectos de la pobre comunicación entre un piloto brasileño (el inglés no es su idioma materno) y un controlador estadounidense mientras el primero se acercaba a la pista del aeropuerto JFK en Nueva York. El autor de la publicación remarca algunos factores que contribuyeron a estos malentendidos, como la propia configuración del aeropuerto de JFK: las calles de rodaje están controladas por los controladores de la FAA, pero la rampa está controlada por la Autoridad Portuaria.
A pesar de esto, parece ser que el mayor problema entre los dos profesionales es el del idioma, donde el hablante nativo de inglés puede que hablase demasiado rápido y el piloto brasileño puede que fallase en no pedir que repitiese ciertas explicaciones. En estos casos, es importante que el que controla el inglés, idioma universal en el trabajo, hable despacio y se cerciore de que el otro le ha escuchado claramente. Por otro lado, la persona que sabe que no domina tanto el inglés como su lengua materna, podría pedir que el controlador hablase más despacio o repitiese ciertas cosas para asegurar la comunicación fluida y bidreccional.
Otro punto interesante es el que añade Paul Stevens: «Me sorprende que sigamos dependiendo tanto de la comunicación por radio sólo con la voz entre seres humanos que a menudo no comparten la misma lengua materna. Es de suponer que DATALINK es un paso en la dirección correcta, pero ¿cuánto falta para que ATC pueda enviar la ruta de rodaje directamente a los sistemas informáticos del avión y el piloto simplemente siga la ruta en la pantalla? Mientras tanto, ¿no puede el aeropuerto JFK implantar un sistema en el que los controladores puedan al menos ver las autorizaciones de rampa en tiempo real?».
Es interesante notar cómo el controlador, a pesar de saber que el piloto parece no entender sus indicaciones, no hace el amago de hablar más despacio o repetir las comandas con otra tonalidad o cadencia de modo que pudiese ser comprendido. Esto puede deberse a que JFK es un aeropuerto con mucho tráfico y muchas aeronaves que controlar, por lo que es de esperar que los controladores se impacienten cuando los pilotos no entienden y no cumplen las autorizaciones en aeropuertos con mucho tráfico. Por eso, intentan hacer su trabajo lo más rápido posible – lo cual se entiende para no caer en retrasos -, pero más importante es que su mensaje se entienda a la primera, para así no tener que repetir nada. Hablar un poco más claro y despacio la primera vez ahorraría el tener que volver a decir lo mismo, causando exactamente lo que los controladores buscan.
Puede que, al menos en este caso, no todo sea culpa de la barrera del lenguaje: «El inglés del piloto no suena mal, así que el problema no es sólo la diferencia entre nativos y no nativos. Parece que el piloto no había estudiado bien el plano del aeropuerto para familiarizarse con las rutas de rodaje y los cruces. Podría haber sido su primer vuelo a un aeropuerto americano con mucho tráfico y podría haberse sentido abrumado. La radio no era clara a veces y el piloto que escuchaba en otro avión salvó la situación», apuntan en los comentarios. Aunque esto sea cierto, no quita lo obvio: los controladores, pilotos y demás profesionales del sector aéreo no solo deben preocuparse por los tecnicismos, sino que tienen que estar constantemente mejorando sus capacidades y dotes comunicativas en vistas a la seguridad de las operaciones aeroportuarias.