Os informamos que la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) ha publicado recientemente dos informes de dos incidentes relacionados con Incursiones en Pista en los cuales se ha visto involucrado el Control de Tráfico Aéreo (ATC), y que puede ser de vuestro interes.
1. Incidente en el Aeropuerto de Gran Canaria – 31 de enero de 2022
El segundo incidente ocurrió el 31 de enero de 2022, en el Aeropuerto de Gran Canaria (GCLP), cuando la aeronave ATR 72-212A, matrícula EC-MSM, ingresó a la pista 03L, ocupada en ese momento por un vehículo TOAM.
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2. Incidente en el Aeropuerto de Barcelona – 2 de julio de 2022
El primer incidente tuvo lugar el 2 de julio de 2022, en el Aeropuerto de Barcelona, involucrando las aeronaves Airbus A-330-323X, con matrícula N803NW y operada por Delta Airlines, y Boeing 737-8AS, con matrícula EI-DYO y operada por Ryanair.
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La seguridad operacional es nuestra principal prioridad, y consideramos que estos informes «deberían» de servir para prevenir incidentes similares
La desaparición de la Comisión de Estudio y Análisis de Notificaciones de Incidentes de Tránsito Aéreo (CEANITA), un órgano interministerial que proporcionaba recomendaciones a los gestores del tránsito aéreo proponiendo mejoras operativas, procedimentales y técnicas, nos lleva a considerar que los informes de la CIAIAC son bastante sesgados. Estos informes responsabilizan exclusivamente al factor humano sin profundizar en las causas organizacionales.
Desde la disolución de la CEANITA en 2020, a pesar del compromiso de constituir un órgano que la sustituyera, se echa de menos la publicación anual de la Memoria que recogía estadísticas de sucesos notificados y analizaba el riesgo que estos comportaban para la seguridad aérea. Ahora, todos estos incidentes son opacos para la comunidad aeronáutica.
La propia AESA, al anunciar la disolución de la CEANITA, reconocía que la aplicación de sus recomendaciones «ha redundado en una mejora de la seguridad y eficiencia del tránsito aéreo en España, previniendo la reiteración de causas que originan los incidentes, obteniendo enseñanzas para evitar en el futuro posibles incidentes y accidentes«.
Resulta incomprensible que, después de cuatro años, no se haya constituido ningún grupo de trabajo que analice detalladamente los incidentes ATC, siempre complejos. Este grupo de trabajo debería estar integrado por todas las partes implicadas, incluyendo controladores, pilotos, proveedores, defensa, reguladores, etc., y debería estar orientado verdaderamente a mejorar la seguridad operacional en lugar de buscar chivos expiatorios.