El SINDICATO PROFESIONAL INDEPENDIENTE DE CONTROLADORES AÉREOS (SPICA) se solidariza con las peticiones de los controladores aéreos después de que esta semana el centro de control aéreo de Madrid viviera un suceso técnico que afectó a todas las posiciones de ruta norte y noroeste peninsular de forma simultánea. Es decir, durante un tiempo las consolas de los controladores aéreos quedaron bloqueadas y el plan de contingencia B, que se contempla como el fallo total de radar, aunque se dispone de comunicaciones tierra-aire y tierra-tierra hasta el mínimo especificado, también dio error. Esta se considera la segunda falla más grave posible que puede producirse en una ruta.
Los controladores demandan mejoras técnicas en los equipos y mejorar el procedimiento de contingencia
El principal problema tuvo su origen, supuestamente, a raíz de la intervención de un técnico de mantenimiento del ACC, vinculado con una subcontrata, ya que reseteó por error las consolas de ruta produciéndose así un apagón total. Sin embargo, no es la primera vez que se origina este fallo. Desde hace tiempo los controladores aéreos vienen reivindicando que el sistema COMETA (INDRA), que comparte máquinas con SACTA, debería estar separado para lograr una mayor seguridad en la sala de control, y evitar así este tipo de problemas.
Reacción de los controladores aéreos
Según afirma Tomás Vírseda, secretario general de SPICA: “la labor de los controladores aéreos ha sido impecable aun padeciendo la falta de recursos técnicos. Sin lugar a duda tenemos a los mejores profesionales del sector entre nuestras filas”.
Frente al colapso de las consolas, la profesionalidad de los controladores aéreos quedó, como hemos mencionado, patente y fuera de duda. Durante este periodo de tiempo ‘stand by’ los controladores de LECM mantuvieron un comportamiento y desempeño profesional ejemplar, tal y como también, les ha hecho llegar la dirección de la sala ENAIRE, que les define como profesionales muy altamente cualificados. Por otro lado, cabe destacar la rápida actuación de los técnicos de ATSEP ubicados en Torrejón, a quienes se les denomina popularmente como los ‘ángeles electrónicos’, y que prestaron toda ayuda posible para arreglar los equipos caídos.
Por su parte, los controladores, que durante estos días han difundido a través de redes sociales el hashtag #SafetyFirst, con el objetivo de concienciar a la sociedad de los problemas existentes en su sector, insisten que el protocolo debe ser mejorado y asegurar la fiabilidad de las herramientas informáticas y los accesos a la red. Además, se ven obligados a emplear unas tabletas obsoletas para utilizar el flight radar. Esto suele ocurrir con una periodicidad elevada, si tenemos en cuenta que los relevos que producen cada 37 minutos con 120 aviones en las denominadas rutas R1 y R2.
SPICA considera necesario abrir una investigación, no para dirimir responsabilidades o buscar culpables, si no para identificar las fallas en el sistema, mejorar los procedimientos y poner las barreras mitigadoras necesarias.
Gabinete de Prensa SPICA/prensa@controladoresaereos.es