El primer día de Airspace Integration Week se estrenó con un debate llamado «STM integration with conventional airspace management», moderado por Carmen Aguilera, jefa de sección dedicada al desarrollo del mercado operativo de EUSPA. En él se habla de la gestión del tráfico espacial (STM), concepto en desarrollo que abarca medios y normativas para garantizar que las operaciones espaciales -en toda su extensión- se realicen de forma segura, sostenible y protegida.
Ruth Stilwell, directora ejecutiva de Aerospace Policy Solutions, apunta que no tenemos una definición concreta de las operaciones espaciales, cosa que habría que reconocer antes de regular en la materia. Por su parte, Thea Dethlefsen, responsable de políticas en la Comisión Europea (DG DEFIS) dice que hay unos 50 satélites lanzados a la semana tanto por parte de los gobiernos como de empresas privadas. Desde la Comisión Europea, están empezando todavía a incluir las operaciones espaciales en el tráfico aéreo teniendo en cuenta esta gran afluencia de satélites y demás cuerpos espaciales.
Debe haber acuerdo político y operacional para las operaciones espaciales
Dragos Tonea, jefe de iNEO en EUROCONTROL, reconoce las dificultades de integrar las operaciones aéreas con las espaciales, pero también que ya se está trabajando en hacerlo. Esto va más allá de la aviación, por lo que necesitamos más coordinación y más acciones regulatorias. Desde EUROCONTROL saben que en cada estado tienen una prioridad, por lo que cada uno tomará los criterios que tome convenientes; por lo que ahora se debe trabajar con las herramientas que se tienen. El acuerdo político tiene que ocurrir fuera de la conversación técnica y operacional en la que EUROCONTROL no puede tomar parte: son los países los que deben acordarlo antes de poder empezar a regular.
Xavier Benavent, jefe de operaciones en ENAIRE, sabe que ellos son los que tienen la responsabilidad de mantener el espacio aéreo del país seguro. Hay una falta de acuerdos y normas internacionales, confiesa. Tuvimos la primera experiencia de reentrada de basura espacial china en 2021, donde esta pasó por la órbita española. España decidió cerrar el espacio aéreo en ese momento, y afortunadamente no no pasó nada. En noviembre de 2022, por recomendación de la EASA y de un gabinete de crisis, se cerró el espacio en un radio de 100km durante 40 minutos a las 8 de la mañana. Los aeropuertos se congestionaron, pero desde ENAIRE creen que tomaron la decisión correcta. Los otros países, con el mismo riesgo, no hicieron nada. Necesitamos, al menos, un acuerdo europeo – aunque probablemente deba ser internacional – o una acción común para hacer frente a los riesgos.
Además, en el plano legal, se plantean preguntas sobre quién paga el precio – literalmente – del cierre de este espacio aéreo. El cierre no se debe a la acción civil o militar, sino a las decisiones económicas de una empresa privada que decide hacer negocios en el espacio. Creemos que debemos tener una autoridad común para ambos, pero hay otros actores que tener en cuenta.