Después de tres años de acoso laboral, judicial y mediático es lógico el hastío e incluso la desesperación que sufrimos la mayoría. Estamos a veces cansados y deprimidos, y otras veces llenos de ira y rabia, y todo ello metido dentro de un inmenso sentimiento de impotencia, frustración e indefensión.
Si vas y le explicas a un juez una cosa sencillita recogida en la legislación, o simplemente de sentido común que hasta un orangután entendería, y te contesta que “eres un privilegiado, que ganas 500.000 euros y por tanto que te den por ahí”, intentar denunciar un plan general que se realiza en forma del acoso moral y laboral que sufrimos y que está diseñado por una consultoría internacional especializada en destrozar vidas, es una pérdida de tiempo, esfuerzo y dinero. Intentar convencer con argumentos racionales a un creyente (con sotana o toga, da lo mismo) es una idiotez.
En España estamos como estamos porque tenemos los jueces que tenemos, tenemos los políticos que tenemos, tenemos los banqueros que tenemos, tenemos los periodistas que tenemos y tenemos el pueblo que tenemos. Es una consecuencia lógica e inevitable.
Pero los que aplican en el día a día ese diseño calculado fría y científicamente en un despacho, son los gestorcillos intermedios de Aena, ellos son el ariete de la empresa y la cara visible del mal. Y a veces dan muchas ganas de partirle la cara a ese mal. No existe la justicia con los controladores, sólo el engaño, el acoso y la indefensión más absoluta. Toda la relación con la empresa está basada sistemáticamente en la maldad, en la denegación, en la amenaza, en el incumplimiento, en la chulería, en la prepotencia y en el desprecio más absoluto. Así que la acumulación en el tiempo de todo ello nos puede empujar a estallar y emplear la violencia; porque además la violencia es una válvula de escape para canalizar hacia el exterior unas emociones que si no salen por ningún lado pueden terminar somatizándose en enfermedades gravísimas.
¿Sería legítimo y justificado ese estallido de violencia? Por supuesto que sí. Si el medio civilizado que establece una sociedad para saldar las disputas que se producen entre sus miembros, es decir, la justicia, no cumple su función porque está podrido, politizado, desinformado y manipulado por los medios de manipulación de masas y sometido a los poderes económicos, entonces es legítimo y natural que la justicia la tome por su mano el afectado.
Pero no es legal. Tú puedes estar sufriendo en tus propias carnes el acoso más descarado e ilegal que uno pueda imaginar, puedes estar sufriendo sus consecuencias en tu vida, puedes encontrarte con la indefensión y la incomprensión más absolutas, pero si un día reaccionas y le partes la cara a un hijo de puta… el malo eres tú. El que estás en un lío eres tú. El que has cometido un delito eres tú. El que lo pagas caro eres tú. Habrás hecho algo legítimo, justo y proporcionado, pero entonces se movilizará instantáneamente la justicia; actuará rápida, eficiente y brutalmente contra ti.
Y puedo ver con claridad los titulares de los medios de manipulación de masas: “Controlador aéreo, que gana 500.000 euros al mes, privilegiado, secuestrador, chantajista, pijo y terrorista sediento de sangre, agrede brutalmente a un pobre, indefenso, servicial, honesto, productivo, bondadoso y angelical gestor de Aena”.
Y la entradilla:
“Ayer jueves en la Torre de Control Aéreo del Centro de Control de Torrejón, se vivieron momentos de pánico cuando un controlador aéreo, que gana 500.000 euros al mes, agredió brutal y despiadadamente a un humilde, bondadoso y servicial directivo de Aena provocándole la fractura de la nariz y la mandíbula, la ruptura de tres costillas y una fuerte conmoción cerebral. Fuentes médicas confirman que el estado del agredido salvajemente es estable dentro de la gravedad”.
Y el cuerpo de la noticia:
“Testigos presenciales afirman que el controlador aéreo, que gana 500.000 euros al mes, repentinamente y sin mediar provocación alguna, agarró un teléfono de sobremesa (que él sabía que iba a haber en el despacho, lo cual implica claramente premeditación, presuntamente) y la emprendió a golpes (lo cual implica claramente ensañamiento, presuntamente) hasta dejar seminconsciente al laborioso, productivo y bondadoso gestor de Aena que en ese momento se afanaba por garantizar la viabilidad económica de la empresa y la continuidad del servicio (lo cual implica claramente un delito de sedición, presuntamente).
Puestos en contacto con la familia del agredido, nos ha confirmado que está destrozada. Entre sollozos su hacendosa mujer nos comenta que HDP es un hombre cariñoso, trabajador y dedicado en cuerpo y alma a la continuidad del servicio y a su familia, formada por tres hijos a los que su madre todavía no ha sido capaz de transmitir la noticia de lo que le ha pasado a su papá. IDR, el mediano, juega despreocupadamente con un pequeño avión de Ryanair sin conocer los momentos de agonía por los que está pasando su progenitor A. Su madre lo mira desconsoladamente sin saber si quedará huérfano y desprotegido, una pequeña vida truncada sin sentido ni justificación posible.
Por su parte Aena ha emitido un comunicado condenando rotundamente el hecho y lo ha encuadrado en el acoso moral y laboral que los controladores aéreos, que ganan 500.000 euros al mes, están realizando a sus jefes. Según la misma nota, Aena no está dispuesta a permitir que se produzca ni un solo caso más y establecerá todas las medidas necesarias para cortar radicalmente esta situación y evitar que se produzca un nuevo caso.
Los controladores aéreos, que ganan 500.000 euros al mes, han declinado hacer declaraciones, lo cual implica claramente complicidad, presuntamente”.
Pues aunque suene estrambótica esta noticia inventada, se acerca enormemente en el fondo y en la forma a la desinformación de los medios de manipulación de masas sobre los controladores. Así se escribe la historia.
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Eres de lo que no hay …..dinero
Me descojono.
Lo que no cuentan es que el bondadoso gestor de AENA le recriminó su actitud diciéndole con voz aterciopelada:
Querido compañero, no me importa que me rompas la nariz o me saltes los dientes con saña desmedida, te perdono de corazón, pero no destrozes el teléfono porque AENA dedica todas sus ganancias a pagar vuestros sueldos (500.000 euros al mes, TE RECUERDO) y no tiene dinero para arreglarlo.
El malvado controlador, con los ojos inyectados en sangre, cogió los 500.000 euros de ese mes que llevaba preparados en calderilla y se los metió por… Por… POR….