(Avance) Fomento retrasa la privatización de Aena
El exministro Manuel Pimentel crea una firma de mediación en conflictos laborales
Los incidentes aéreos se dispararon en 2012 hasta llegar a los 13831
Diputada Doña Ana Oramas (CC) pregunta a AENA sobre la devolución del SDP a empleados AENA
El fiscal pide que se archive la acusación contra controladores por el caos de 2010
Interesados en comprar AENA advierten: aún tiene mucha deuda y demasiada plantilla
El escrache a los profesionales del sector aéreo y a sus medios especializados
En Fomento siguen los mismos perros con distintos collares,pero muy parecidos.
A Pimentel,yo le metía su apellido por donde la espalda pierde su casto nombre.
Bien por el fiscal.
Los interesados en comprar AENA,que se vayan a cagar a la vía.
No soy partidario de los escraches,aunque hay gente que se lo merece.Incluidos los propios «escrachistas».
A mí lo que me preocupa y me produce pesadillas todos los días es el hecho de que en todo lo relacionado con control, la justicia y las sentencias existentes hasta ahora son diversas, dispersas, y hasta contrarias unas de otras. Y esto sólo puedo interpretarlo en el sentido de que la Ley es ambigua, inconcreta, está mal hecha y peor reflejada en los textos, lo cual conduce al hecho terrible para el encausado de que pueda ser interpretada y aplicada de acuerdo con el saber y entender de cada juez . No hay más que pensar que a estas alturas todavía existe un controlador, de Galicia precisamente, y es el único en toda España, que continúa despedido por los mismos hechos por los que otros compañeros, con toda justicia, fueron exonerados por otros jueces que sí supieron interpretar el espíritu y la letra de la Ley.
La Aproximación en Galicia se tiene que controlar con radar. Y ninguna otra función es compatible con el servicio radar; eso está perfectamente claro en Inglés en el 4.4. de OACI, y en castellano en el Reglamento de la Circulación Aérea español. No se puede legalmente, ni técnicamente, estar controlando de manera simultánea áeródromo y Aproximación o Area en radar. Porque todo lo controlable en aeródromo, aeronaves, vehículos o personas que operen en el «área de maniobras», hay que hacerlo forzosamente con los ojos de la cara; y cuando se está controlando con radar, no se puede quitar la vista y la concentración de la presentación radar («No uncorrelated duties will be asigned to the radar controller whilst providing radar service», que dice el 4.4.). Luego es obvio que control de aeródromo (visual) y control radar no se pueden proveer de forma simultánea. ¿Es esto tan difícil de entender incluso para un profano ajeno a control?.
Ser juez y tener la potestad de ser el único autorizado o cualificado para interpretar la Ley, no implica el don de la infalibilidad. Antes bien, exige con más rigor analizarla en profundidad y servirse de peritos en la materia de que se trate, que puedan asesorarle, al igual que se sirve de médicos forenses en los casos que lo requieren.
Todo lo de este fiscal de Galicia está muy bien y dice mucho sobre su honestidad y rigor profesional, que sólo emite su dictamen y opinión autorizada cuando ha estudiado el caso a conciencia y ha llegado a la única conclusión posible.
Pero mi zozobra está motivada porque, con la misma autoridad que este Señor, otros fiscales en los distintos lugares de España puedan llegar a conclusiones y emitir juicios totalmente contrarios en el mismo supuesto. A ellos, y a los distintos jueces a quienes corresponda, me atrevería a recordarles que tratándose de acusaciones tan graves como las que pesan contra los controladores, tengan en cuenta que de su rigor profesional dependen muchas vidas y el porvenir de personas trabajadoras y de sus familias, y nada menos que el honor y buen nombre de toda una profesión en la que todos los días hay que asumir la responsabilidad sobre las vidas de cientos de miles de personas. Que los controladores, por mucho que se les haya denostado, sometido a linchamiento moral público, presiones, acosos de todo tipo, y hayan sido vilmente calumniados, no son una banda de delincuentes profesionales, sino personas muy respetuosas y cumplidoras de las normas, tanto específicas de su profesión, como de carácter general. Y no es justo, lo diré y repetiré mientras me quede un soplo de vida, el descrédito y la provocación de que han sido objeto desde las más altas instancias del poder de turno, y nada menos que con el entonces ministro responsable de ellos como director de orquesta.