La edad media de jubilación en el gremio de los controladores aéreos españoles es de las más altas de Europa. Desde SPICA, llevamos tiempo luchando por reducir este número, ya que hay datos e investigaciones que avalan que la política de edad existente no ayuda en el desempeño de la actividad de los controladores. Esto no solamente se traduce en el deterioro de las capacidades físicas y psíquicas de los trabajadores, sino que puede acarrear consecuencias a niveles de seguridad que afectarían a toda la cadena de valor del sector aéreo.
Las políticas de edad (Pension Costs) están pensadas para rebajar los efectos que tiene el paso del tiempo sobre la capacidad de trabajo de los controladores. De hecho, la FAA estableció un sistema de jubilación temprano para los controladores aéreos a partir de los 50 años (y con opción a hacerlo antes si se cumplen ciertos requisitos). Por su parte, otros países europeos como Alemania, Francia, Reino Unido o Italia ofrecen este tipo de programas a partir de los 56 años. Este dato sorprende si tenemos en cuenta que la edad media de los controladores en Madrid es la misma a la que los trabajadores de otros países vecinos pueden comenzar a jubilarse. Por eso, desde SPICA defendemos la equiparación de las políticas de edad a la de estos países (con desvinculación opcional total a los 55-57 años), en aras de la seguridad.
Por otro lado, el gasto para estas pensiones provisto por ENAIRE tampoco se acerca a los datos de sus compañeros europeos, según los datos proporcionados por EUROCONTROL en 2018. Como ya apuntamos en la reunión con AESA, el gasto en ERS (Early Retirement System) y políticas de edad en España fue diez veces menor que la media en otros sus homólogos por Europa como DFS (Alemania), DSNA (Francia), NATS (Reino Unido) y ENAV (Italia). Por cada 10 euros asignados por los proveedores alemanes, franceses, ingleses e italianos para gastos de edad ENAIRE asigna menos de 1.
Por si fuera poco, el porcentaje destinado por ENAIRE a estas políticas de edad ha ido bajando año tras año, teniendo datos más bajos en 2022 que en 2018 y llegando a menos de 10 millones de euros (frente a los 213 millones de euros que, por ejemplo, Alemania gastó en 2016). Teniendo en cuenta que el tráfico aéreo español maneja datos similares a sus compañeros europeos, es inadmisible que el gasto a estos efectos no esté igualmente equiparado.
El sindicato no es el único que ve las consecuencias de esta tardía jubilación. Quirón, el hospital contratado por ENAIRE para la prevención de riesgos laborales, ha calificado durante varios años como deficiente la situación de riesgo de los controladores en todos los centros de España. El nivel de riesgo moderado (nivel 3 sobre 4) implica que la empresa precisa de planificaciones y recomendaciones significativas de prioridad media en materia psicosocial para prevenir patologías como el burn out – el cual tiene también mucho que ver con la edad.
Sin embargo, ENAIRE hace caso omiso de estas recomendaciones y sigue sin activar un plan de jubilación temprana adecuado a las condiciones específicas de los controladores aéreos. El gestor remite a EUROCONTROL unos datos que suponen la existencia de un plan ERS en España al nivel de otros países europeos, lo cual no es cierto. En nuestro país, lo único que tenemos es una figura residual llamada RA (cuya existencia, dotación y características nada tienen que ver con la de estos países). Desde SPICA consideramos que una buena política de edad en el sector que lleve implícita la reducción de la edad de jubilación afectaría positivamente a la seguridad aérea y mejoraría exponencialmente la calidad de vida de los controladores.