La reciente Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que afectó a la región de Valencia ha generado una serie de cuestionamientos en el Senado español respecto a la gestión del tráfico aéreo durante este evento meteorológico extremo. Informes internos del aeropuerto de Palma de Mallorca revelaron la ausencia de técnicos de control de afluencia (TCA) en el centro de control de Palma durante la DANA, una situación que fue calificada como una actuación «absolutamente irresponsable» por parte de la entidad gestora de la navegación aérea.
Ante esta situación, el Sindicato Profesional Independiente de Controladores Aéreos (SPICA) expresó su preocupación por la falta de personal especializado en momentos críticos. El secretario general de SPICA señaló que, de haberse desplazado la DANA hacia las Islas Baleares, la ausencia de TCA en Palma podría haber resultado en una «merma de seguridad» significativa. Aunque se siguieron los protocolos establecidos, el portavoz indicó que la ejecución no fue la adecuada, subrayando la importancia de contar con personal especializado en momentos críticos.
Esta situación ha trascendido al ámbito político, con la presentación de preguntas en el Senado dirigidas a los responsables de la navegación aérea. Los senadores buscan esclarecer por qué no se previó la necesidad de contar con un equipo completo de TCA en una jornada marcada por fenómenos meteorológicos extremos. Además, se ha solicitado que se detallen las medidas adoptadas para garantizar la seguridad operacional en eventos similares en el futuro.
Este episodio pone de relieve la necesidad de una planificación y gestión proactiva del personal y los recursos en el sector aeronáutico, especialmente ante fenómenos meteorológicos extremos que, según expertos, podrían ser más frecuentes debido al cambio climático. La comunidad aeronáutica y las autoridades competentes deberán analizar detalladamente lo ocurrido para implementar mejoras que garanticen la seguridad y eficiencia del tráfico aéreo en futuras situaciones de emergencia.