La propaganda funciona a base de repetición y con la condición previa de que exista censura. La censura puede ejercerse silenciando o desinformando. En este artículo comento dos de los dogmas sagrados del liberalismo repetidos hasta la saciedad, y que son por supuesto falsos.
¡¡¡¿Queréis trabajar gratis durante años para AENA, AESA, Cremades, El Mundo, “afectados”, Compañías Aéreas, Hoteleros, Agencias de Viaje, Organizaciones de Consumidores (de opio) y demás parásitos?!!!
Los políticos han construido aeropuertos innecesarios para forrarse ellos y los constructores. Ahora subvencionan a compañías aéreas para que vuelen allí porque si no, no volaría nadie. Es un estado de corrupción generalizado. Y la cara dura de las compañías aéreas es infinita.
Esta nueva agresión a los controladores aéreos –la enésima– hay que enmarcarla en dos ámbitos, el de poder y el económico. Y todo en un entorno de corrupción generalizada.
Desconozco por completo los detalles del asunto (al igual que el resto de la población que a estas alturas ya tendrá una opinión firme y “fundada”), así que me abstengo de dar una opinión. Lo que sí sé es que las empresas españolas, es decir, los empresarios españoles de las grandes empresas, son tóxicos, son unos desalmados, son unos sinvergüenzas, son unos explotadores, son mentirosos y son unos inútiles funcionales, así que sospecho que defender ni más ni menos que a una petrolera sería de estúpidos.