Por C: controlador aéreo
Tres años después del golpe de estado protagonizado por el gobierno, aquí seguimos los controladores aéreos pasando por un calvario judicial. ¡Qué contraste con Pepiño! Él rápidamente fue exculpado por jueces afines y ahora se quiere presentar a las elecciones europeas para seguir chupando del bote. Parece ser que la “Doctrina Pepiño” consiste en que aunque un poderoso cometa tráfico de influencias, si no se beneficia (¿?) pues no pasa nada.
La prueba más descarada de que lo que ocurrió los días 3 y 4 de diciembre de 2010 fue un golpe de estado, es que se declaró un estado de alarma palmariamente ilegal que, por supuesto, ningún tribunal político ha echado abajo. Ni siquiera el 23F se declaró un estado de excepción –de alarma o cualquier otro- y eso con tanques en la calle.
Si algo tiene bueno el tiempo es que aclara mucho las cosas y ahora, visto con perspectiva, se llega a la conclusión de que el gobierno quería matar varios pájaros de un tiro con aquella acción. Por un lado cargarse definitivamente a los controladores, eso está claro, pero había mucho más por detrás que motivaba todo el escándalo que había que montar. Desde la más que probable decisión de Zapatero de dimitir, pasando por el degüello de Pepiño y Chacón por parte de Rubalcaba, el evitar una intervención económica de España por parte de organismos internacionales o una acción de Marruecos contra Ceuta que le iba a cortar el suministro de agua a esa ciudad. Fuera lo que fuere, el caso es que algo tan gordo no se hace por algo tan irrelevante como unos trabajadores a los que, por otra parte, ya llevaban un año machacando despiadadamente.
Lo que ahora vemos en el panorama laboral español es desolador, pero era previsible. Durante el año 2010 a los controladores nos sacaron más de 20 actos legislativos que se saltaban legislación europea de obligado cumplimiento, la Constitución española, la legislación laboral general y el Estatuto de los Trabajadores. La mayoría del pueblo español, manipulado por unos asquerosos medios de manipulación de masas, se puso a favor de los verdugos, sin darse cuenta de que eso iría en su propia contra. Así que tres años después vemos como a todos los trabajadores les han recortado sus derechos -cierto es que mucho menos que a nosotros- pero lo triste es que por entonces lo advertíamos “no apoyéis a los verdugos, que luego irán a por vosotros”. Pero fue inútil, la maquinaria de manipulación funcionó a toda mecha y fue muy efectiva.
Hablando de manipulación. Parte intrínseca del golpe de estado era la creación de una asociación fantasma de afectados por el cierre del espacio aéreo. Por supuesto el artífice de dicha creación fueron las cloacas del estado, pero quien se encargó de dirigir la operación fue el gabinete de abogados Cremades y Calvo Sotelo. Os contaré la historia de esta asociación fantasma. El día 8 de diciembre de 2010, la ministra de Defensa, Carmen Chacón, hacía las siguientes declaraciones en la Cadena Ser: “existen las penales (responsabilidades) que está llevando ya la fiscalía y que además tienen responsabilidades civiles subsidiarias, eventualmente”. La palabra “eventualmente” fue un desliz, el día 8 de diciembre ni siquiera se había formado ninguna asociación, pero la ministra ya sabía que alguien pediría responsabilidades civiles subsidiarias adjuntas a la causa penal. Era un extraordinario acto de adivinación ya que todavía faltaban tres días para que se constituyera la llamada “Agrupación de Demandantes Afectados por el Cierre del Espacio Aéreo”. El domicilio social de dicha Agrupación está ubicado en la calle Jorge Juan nº30, o sea, en el domicilio social del bufete Cremades y Calvo Sotelo, siendo Elisa Robles Fraga, que es abogada y socia del gabinete Cremades y Calvo Sotelo, la Secretaria General de la Agrupación, y Mariola Ruíz, Vicesecretaria de la Asociación, quien es también abogada y socia de Cremades y Calvo Sotelo.
La Presidenta de la Asociación es una figura de paja cogida de círculos izquierdistas llamada Elena Fuente Juárez. Esta individua destila odio hacia los controladores cada vez que abre su bocaza. Y la gente que está en esa asociación no está para reclamar una indemnización justa. Es más, les importa un bledo lo que pasó de verdad, su única motivación es el odio enfermizo a los controladores y no quieren que paguen los verdaderos culpables, lo único que les interesa es hundir a los controladores aunque no seamos culpables de nada. Tienen mi más profundo desprecio y asco, tanto ellos, como los depredadores de Cremades y Calvo Sotelo.
Sobre el trato que recibimos los controladores aéreos de la “imparcial”, “no manipulable” y “no politizada” justicia española, creo que lo que mejor puede ilustrar nuestra situación, es que desde que empezó la campaña de deshumanización a finales del año 2009, Aena y los controladores nos hemos visto las caras en los juzgados en infinidad de ocasiones, el resultado ha sido desolador para nosotros: Aena ganó 620 pleitos y 8 parcialmente, frente a los 84 que se resolvieron a favor de los controladores, tan sólo 1 de cada 8 pleitos lo ganamos. Desde luego la explicación no es que tengamos unos abogados tan malos, ni que nos metamos en pleitos por amor al arte y sin fundamento. Por supuesto Aena ante semejante porcentaje de éxitos en los tribunales, no duda en saltarse la legislación y todo lo que le da la gana: “a reclamar al Maestro Armero”.
Siguiendo con otro ejemplo de la “justicia” que podemos esperar los controladores, el año 2010 un “juez” del cuarto turno, Ricardo Bodas, que había sido nombrado por Zapatero Director General nada más llegar al poder, emitió una repugnante sentencia que negaba una cuestión de constitucionalidad por la bajada mediante decreto del sueldo a los controladores aéreos. Ese mismo juez poco después, sí promovió una cuestión de constitucionalidad por exactamente lo mismo a los funcionarios, funcionarios entre los que se encontraba él mismo. Eso en otros sitios se llama prevaricación y cohecho, pero en España no lo es, si el objetivo es aplastar a los controladores aéreos.
Pero en cierto modo los controladores tenemos lo que merecemos. El haber creado un caldo de cultivo para lo que ha venido es parte de nuestro debe. ¿Cómo pudimos permitir que la gente tenga la sensación de que estamos en huelga continuamente? Una de dos, o tendríamos que haber salido como fieras contra los desgraciados que lo decían, es decir, lo teníamos que haber parado de raíz; o tendríamos que haber hecho de verdad una huelga cada vez que nos la achacaban, así al menos sería verdad. La última huelga de controladores fue en los años 80, estaba la UCD en el gobierno.
Todo el falso conflicto de los controladores empezó con la privatización de Aena. Es mucho el trinque, es mucho el dinero en juego, es mucho lo que hay que repartirse. Las privatizaciones son negocios privados con dinero público. Quien ha pagado todas las infraestructuras son los ciudadanos, pero los que se quedan con el negocio son empresas privadas. Uno de los grandes mantras de los liberales (de izquierdas y derechas) es que las privatizaciones mejoran la eficiencia del sistema, es falso. Lo primero que ocurre con las privatizaciones es que se encarecen los servicios. Lo de las tasas aéreas es escandaloso, Lema Devesa y Pepiño dijeron que al bajar el sueldo de los controladores bajarían las tasas, el hecho es que según las propias compañías aéreas, desde que empezó a hablarse de privatización, las tasas han subido más del 60%. Tras el conflicto de los controladores aéreos volar es más caro en España que antes.
Y, por supuesto, en la aviación está la cuestión de la seguridad. La seguridad se vende muy difícilmente. Es lo más importante de todo pero es dificilísimo hacérselo comprender a la gente. La gente cuando monta en un avión la da por hecha, no piensa que es una cuestión que depende de gente que trabaja para que volar sea seguro y que esas personas forman una cadena. Si a un eslabón de la cadena, en este caso los controladores, lo rompes, la cadena se debilita. Esto ha sucedido en España. El año 2010 hubo entre incidentes de categoría A y B, un total de 142. Dicho así no se tiene una visión clara de la magnitud del peligro, pero si digo “la vida de 56.800 personas estuvo en un peligro serio, real y directo, durante 2010 en el cielo español” ¿cambia la cosa? Seguramente no, porque gracias a Dios no llegó la sangre al río, pero poner la seguridad en riesgo es algo delictivo… delictivo si hubiera justicia en España. El hecho es que la seguridad no vende y por eso los depredadores que ponen sus beneficios económicos por delante de la seguridad -y los políticos que les sirven- se salen con la suya. Esperemos que no tengamos que lamentarlo nunca.
Y para terminar voy a hablar de propaganda. Los desgraciados que diseñaron el golpe de estado crearon una historieta falsa, pero plausible. La plausibilidad es el factor clave de la propaganda: aparentemente todo cuadra, todo es factible; crearon la impresión de que unos desalmados se levantan cada día con la única intención de conseguir privilegios y para ello chantajean a todo un país mediante continuas huelgas. Entonces el gobierno lo que hizo en su día fue ponerlos en su sitio y, por fin, meterlos en vereda. Todo ello es mentira pero no importa, porque lo han hecho plausible mediante la repetición continua de una serie de mentiras bien planificadas cuyo objetivo era la deshumanización de un conjunto de personas. Y a seres tan malvados está bien hundirlos y aplastarlos, se lo tienen merecido.
Y a día de hoy todo continúa, no existe la presunción de inocencia, todos los medios grandes dan por hecho que nosotros hicimos “una huelga encubierta que provocó el cierre del espacio aéreo…”. Triste, muy triste.
Enlace relacionado:
Estado de alarma. El cierre del espacio aéreo español y los controladores aéreos
Alguno creerá que es una película, o que alguien está fumado, la realidad de lo que hicieron hace tres años es muy difícil de aceptar para todos aquellos que aplauden con las orejas.
Tarde o temprano, desgraciadamente tarde, está saliendo a la luz el cierre patronal provocado por Aena el tres de diciembre de 2010
Hoy, tercer aniversario de la más grande canallada que jamás se cometió en España o en cualquier otro país civilizado, incluído el caso Reagan en EE.UU., contra un colectivo de trabajadores esenciales, no ya sólo para la seguridad aérea, sino para la seguridad nacional, vuelve a ser un día tan triste como el de los hechos para todos los que tenemos el sano y legítimo orgullo de pertenecer o haber pertenecido a este colectivo de profesionales de élite, por nuestra preparación académica, nuestro bien hacer, nuestra inmensa responsabilidad sobre vidas y patrimonios, nuestra inconmesurable aportación al beneficio económico nacional y al más grande prestigio internacional de este servicio a la sociedad.
Yo quisiera que nadie pensase hablo desde la pasión. En absoluto. Al decir todo esto soy completamente objetivo, y no me inspira sentimiento alguno de falso ego ni espíritu de corporativismo.
Lo que un gobierno del momento montó e hizo contra nosotros, un gobierno que era la continuación en hechos y personas de aquel que robó el triunfo en unas elecciones generales amparándose en el más desgraciado ataque terrorista de la historia de España y a costa de tantas vidas jóvenes e inocentes truncadas, no se olvide, no tiene parangón más que con hechos como el de la Plaza de Tiananmen en China, o la de Las Tres Culturas en Méjico, con la única diferencia de que aquí no se derramó sangre en el sentido físico de la expresión.
El autor del magnífico artículo cita una serie de circunstancias y situaciones que podrían haber motivado este atropello al derecho de gentes. y que pudieran haber servido de coartada a los inductores y ejecutores del mismo.
Yo, francamente, no lo sé. Yo soy más elemental y simple en mis pensamientos al respecto, y la impresión que me quedó ya desde semanas antes, cuando veía al ministro calentando el ambiente en la televisión, es menos científica y más humana. Lo decía él mismo: «Ganan tres veces más que el ministro que les habla» (extremo, por cierto, de más que dudosa fiabilidad). Lo que sí tuvo siempre buen cuidado de no mencionar fue las horas de trabajo que se hacían a requerimiento y por necesidad de la empresa para poder atender a la demanda. Tampoco dijo nunca que las compensaciones económicas por esas horas de extraordinaria necesidad eran simplemente las ofertadas por la empresa y negociadas o pactadas con nuestros representantes sindicales y posteriormente validadas por el conjunto del colectivo al tratarse de un sindicato asambleario. Alguien, no recuerdo si él personalmente, dejó caer subliminalmente la especie de que esas remuneraciones habían sido poco menos que ilegales por no sé qué trámite. A ese respecto, yo preguntaría a los más prestigiosos juristas si realmente hubiese existido el más mínimo defecto de forma en la cuestión, quién tendría que dar explicaciones, si la empresa que las pagó con el visto bueno del ministerio, aplicando las retenciones reglamentarias a cuenta de la declaración a Hacienda, o el trabajador que se limitó a trabajar todo lo que le pidieron y a cotizar al fisco todo lo que le correspondía en función de las cantidades percibidas. Porque, absolutamente nadie en su sano juicio, y de eso estábamos sobrados los controladores, hubiera aceptado un solo Euro o peseta fuera de la ley, o que lo hubiera parecido, por la sencilla razón de que nadie da vueltas a una soga sobre su propio cuello. Quizás en el mundo de la política no se anden con esos escrúpulos.
Y otra razón de peso para lo ocurrido, fue la envidia pura y dura de políticos y otros colectivos incluso con menos titulación académica que nosotros, que siempre desearon el pastel pero para los cuales las uvas siempre estuvieron verdes. Y entonces, como la zorra de la fábula, cambiaron la estrategia y se sentaron a esperar al cuervo con el queso para hacerle hablar con lisonjas, y que éste se le cayera y robárselo al abrir el pico para hablar.
Lo del estado de alarma y otras cosas, ya era parte de la parafernalia burlesca utilizada por bufones para divertir a la plebe hipnotizada por la jauría a sueldo de los medios de manipulación, que dice mi admirado autor.
No sólo contra vosotros, desde luego fuisteis las cabezas de turco, pero la sensación de miedo ante lo que se avecinaba para el resto…. inenarrable, sólo pensaba en, si las barbas de tu vecino ves pelar, pon las tuyas a remojar, y así ha sido.
Me gustaría que algún día LEMA,LIBRERO,PEPIÑO,RUBALCABA y todas LAS SABANDIJAS ABYECTAS (controladores traidores),acabaran en la cárcel por el asqueroso montaje,manipulación y campaña de difamación que hicieron contra los controladores y que aún continúa.
Querido «hombre libre». Tu mismo pseudónimo en España no pasa de ser un eufemismo. La libertad no existe en esta selva donde el más ignorante pero sí el que tiene más fuerza bruta es quien dispone de nuestro sudor y se lleva siempre eso, la parte del león. Desgraciadamente no hay esperanza. Y ese sueño tuyo y mío de que algún día se hiciera justicia y esa banda de facinerosos termine en donde siempre debieron estar, la cárcel, nunca se hará realidad. Toda esta gente tiene un pacto de sangre no escrito, y si alguno, arrepentido, intentase incumplirlo, sería hombre muerto. Las mafias y las dictaduras funcionan así. De modo que, no te hagas ilusiones. Un abrazo.