Gabinete de Prensa SPICA.– El caos se adueñó de los miles de pasajeros que quedaron atrapados ayer, día de Año Nuevo, en los aeropuertos de Manila y Cebú, tras una posible pérdida de comunicación en el Centro de Gestión del Tráfico Aéreo de Filipinas (ATMC) que provocó que alrededor de 300 vuelos fueran cancelados, desviados o retrasados.
Se trató de un fallo en el sistema de navegación del tráfico aéreo y cortes de energía, según ha confirmado la Autoridad de Aviación Civil de Filipinas, que convirtió al país en una «zona de exclusión aérea» durante varias horas del domingo primer día del año, afectando a más de 300 vuelos nacionales e internacionales y a los más de 60.000 pasajeros programados para llegar o salir del Aeropuerto Internacional Ninoy Aquino en Manila y otros aeropuertos del país, informó Tribune.net.
Horas de tensión en la Gestión del Tránsito Aéreo
El secretario de Transporte de Filipinas, Jaime Bautista, manifestó que el problema con el suministro de energía ese día provocó una “pérdida de comunicación, radio, radar e internet” que origino que numerosos vuelos se vieran afectados, sin embargo, por parte de los funcionarios de transporte, se esperaba que tarde o temprano se produjese un fallo de este tipo, ya que el sistema de tráfico aéreo controlado por la Autoridad de Aviación Civil de Filipinas (CAAP) está supuestamente obsoleto y aún “no se cuenta con planes concretos para reemplazarlo”, publica Philstar.com
Parece ser que el sistema CNS/ATM (Comunicaciones, Navegación, Vigilancia y Administración del Tráfico Aéreo) está tan desactualizado que el director general de la CAAP, Antonio Tamayo, aseguró que se habían adquirido nuevos equipos para evitar que se produjesen este tipo de incidentes.
Cabe destacar, que este CNS/ATM fue inaugurado en 2018, ya que era una infraestructura muy necesaria para mejorar “el sistema de navegación inadecuado y envejecido del país, que estaba rezagado con respecto a los vecinos de la región«, pero según han asegurado funcionarios de transportes, el CNS/ATM se había adquirido en 2010, ocho años antes de ser inaugurado, lo que explicaría su avanzado estado de obsolescencia.
El sistema de tráfico aéreo, que se apagó por la mañana, se restauró parcialmente por la tarde ese mismo día, según pudo confirmar la Autoridad del Aeropuerto Internacional de Manila (MIAA) a través de un comunicado, una vez activado el Equipo de gestión de crisis, que reúne a “agencias clave de aviación y aeropuertos para un enfoque multidisciplinario para amortiguar el impacto del incidente”.
Sin embargo, hasta las 16:00 horas del domingo, los datos mostraban la cifra de un total de 282 vuelos se retrasados, cancelados o desviados a otros esfuerzos regionales, que afectaron a más de 60.000 pasajeros. El primer trafico permitido fue la llegada del vuelo PR22 de Philippine Airlines desde Brisbane, Australia, a las 4:55 p. m. a la Terminal 2 de NAIA.
Respuesta de los Operadores
Ayer mismo, los operadores de aerolíneas iniciaron sus respectivas medidas de contingencia para mitigar el efecto de la situación en sus pasajeros, y para tratar de mantener sus derechos en virtud de la Declaración de Derechos de los Pasajeros Aéreos. En algunos casos, los pasajeros fueron aprovisionados con comidas, refrigerios y agua, como hizo el personal de tierra y vuelo de Air Asia Filipinas. Por su parte, la aerolínea de bandera PAL aseguró a los pasajeros que se trataba de una “situación temporal” y que daba inicio, no obstante, a las medidas necesarias para «restablecer los horarios normales y llevar los vuelos desviados a su destino original lo antes posible«.
Otras, ofrecieron opciones flexibles para los pasajeros que desean posponer su viaje e incluso, la Junta Reguladora y de Franquicias de Transporte Terrestre también brindó distintos servicios de transporte gratuitos sin cargo a los pasajeros atrapados.