A la espera de un análisis más exhaustivo del laudo arbitral emitido ayer día 28 de febrero, los peores augurios parecen haberse confirmado: no ha existido ningún arbitraje en el conflicto, simplemente ha sido una farsa más dentro de la gran farsa que es el conflicto de los controladores aéreos. La consecuencia lógica es que el conflicto de los controladores aéreos seguirá abierto sine die.
La sospecha de que el laudo arbitral ya estaba escrito hace más de un año se vuelve convicción ahora. Es la misma sensación que tuvimos cuando se produjo la increíble sentencia del 10 de mayo de 2010 en la Audiencia Nacional, es como si todo hubiera estado escrito de antemano.
Desde SPICA nos preguntamos cómo es posible que una mediación entre dos partes se pretenda zanjar aplastando a una de ellas. Eso no se llama arbitraje, tiene otro nombre.
Pero existen otras preguntas que uno puede hacerse: ¿por qué el sindicato mayoritario nos ha metido en una situación que era más que previsible que iba a ser negativa para el colectivo?, ¿fue el cierre del espacio aéreo por parte de Aena los días 3 y 4 de diciembre una trampa para arrastrar a los controladores hacia esta farsa llamada arbitraje?, ¿por qué el sindicato mayoritario eligió como árbitro a un individuo que había declarado en Canal Sur sobre los controladores aéreos a mediados de diciembre: “se lo tienen merecido”, o que se “alegraba” de la firmeza del gobierno contra los “privilegios” de los controladores?. ¿Nadie le va a exigir responsabilidades a quien ha elegido a semejante “mediador”?.
Decíamos al principio que todo el conflicto de los controladores aéreos ha sido una gran farsa. Se ha desviado la atención de la cuestión principal creando la figura de los malos malísimos, los controladores aéreos, cuando en realidad lo que está en juego es la privatización a precio de saldo de los aeropuertos españoles. Los políticos inútiles y corruptos que padecemos en España han entrado a saco en el mundo de la aviación y como no podía ser de otra manera se lo han cargado. Todo lo que tocan los políticos en España queda irremisiblemente condenado al desastre. La empresa pública AENA ha sido hundida a través de un “ladrillazo aéreo” en estos últimos años, para ahora justificar una privatización a precio de saldo que sin duda redundará en beneficio de unos pocos “amiguetes”, pero que irá en detrimento del interés general. Estamos viendo cómo las tasas aéreas han subido un 4´8% en este año 2011 y esto es sólo el principio del encarecimiento y empeoramiento del servicio que está por venir. Recordemos que el Ministro de Fomento ha estado un año repitiendo que las tasas aéreas iban a bajar, pero que en España un Ministro mienta sistemáticamente no tiene la menor importancia, es lo habitual y tristemente se da por descontado.
Pero el encarecimiento y empeoramiento del servicio, siendo grave, no es la peor consecuencia de la privatización, lo peor es que se ha puesto en serio peligro el Santo Grial del mundo de la aviación: la SEGURIDAD aérea. En aviación SEGURIDAD se escribe con mayúsculas y antes o después se pagarán muy caros los desmanes que están cometiendo unos gestores y sus acólitos que sirven al interés económico de empresas privadas despreciando la SEGURIDAD y calidad del servicio.
Hoy es un día triste para los controladores aéreos, para el mundo de la aviación en general y para todos los españoles, que manipulados por la mentirosa propaganda de unos expertos en mentir, son los que han pagado unos aeropuertos a precio de oro para beneficio de los “ladrilleros” afines al gobierno, aeropuertos que ahora van a pasar a manos privadas a precio de saldo, lo que redundará sin duda en un encarecimiento y empeoramiento del servicio.
El conflicto de los controladores aéreos, a día 28 de febrero de 2011, lejos de haber quedado zanjado, pasa a una nueva fase.