Gabinete de Prensa SPICA.- Recientemente algunos medios se han hecho eco de que la torre virtual del aeropuerto de Menorca estaba a la espera de un informe de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) para estar de nuevo operativa, pero la realidad es que, desde el año pasado, la demora en la puesta en marcha se debe a numerosos motivos.
Personal desprogramado, incumplimiento en los requisitos técnicos, como el hecho de que la imagen se preste a través de una cámara de 360 grados concentrada en 10 pantallas, -con los que se controla no solo el aeropuerto de Mahón, sino también el trafico existente sobre el aeródromo de San Luis, además de algún helicóptero sanitario -, y cuya instalación a más de 400 metros sobre el eje de pista, cuando lo recomendable es que estuviese a no más de 250 metros, imposibilita ver los tráficos hasta que no están a dos millas en final, momento en el que, como manifiesta Maria José Quintana, Jefa de Instrucción De la Torre de Menorca, “no es posible realizar un ajuste de una salida y llegada, e incluso las avionetas se confunden con el asfalto”.
Todas estas deficiencias han provocado el estancamiento del desarrollo y puesta en marcha de la torre virtual del aeropuerto de Menorca, ya que no se cumple con las especificaciones requeridas. A esto hay que sumar, la caída del sistema de la cámara de 360 grados, inoperativo desde hace meses, y el salitre de la zona, que hace flaco favor a las cámaras que han empezado a tener puntos de óxido, que no han sido tenidos en cuenta.
Quintana, además se ha mostrado preocupada por la falta de personal técnico de mantenimiento cualificado, e insiste en relación a la formación en este tipo de polémica tecnología que “además de ser más complicada, el sistema es totalmente nuevo y requiere del doble del personal que hay actualmente”.
Maria José Quintana explica de forma evidente, la amenaza que supone que se vuelva a activar la torre remota del aeropuerto de Menorca, una instalación que desde sus orígenes ha suscitado gran polémica entre el personal de la Isla, el cual considera un peligro que su trabajo dependa de la operatividad de un sistema que hasta ahora no ha resultado fiable y que ha mostrado importantes carencias.