Jorge Ávila, director de Saerco, concedió recientemente una entrevista a La Voz de Lanzarote a propósito de la orden ministerial de febrero dedicada a privatizar la mayoría de torres de control que quedan bajo dominio público. Actualmente Saerco presta servicios de Navegación Aérea y aeroportuarios en los aeropuertos de Madrid-Cuatro Vientos, Lanzarote, Fuerteventura, La Palma, El Hierro, La Gomera, Castellón, Burgos, Huesca, Ciudad Real, Vigo, A Coruña y Jerez.
«Un controlador aéreo se encarga de dirigir y vigilar el tránsito de aeronaves en el aeropuerto y el espacio aéreo de su responsabilidad de un modo fluido y seguro, dando las autorizaciones e información necesaria», explica Jorge Ávila para La Voz de Lanzarote. En cuanto a la posible privatización de las torres, el director asegura que «no es privatización como tal, es liberalización, abrir el sector a condiciones de mercado. Esas licitaciones, que afectarían a Tenerife Sur, Tenerife Norte o Gran Canaria, permitiría que se presenten licitaciones de proveedores privados o públicos sean españolas o europeos, mientras tengas esa certificación cualquiera se podría presentar».
En relación con la privatización de estas torres, el director general explica que es una tendencia impulsada por Europa. En 2018, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ya recomendó que este proceso continúe, y esta idea también ha sido respaldada por la opinión general, ya que en el fondo se considera beneficioso.
El dirigente asegura que «la competencia en general tiene beneficios. Desde el punto de vista económico puede haber un ahorro de costes y también a nivel técnico, pues los proveedores tienen que ofrecer los mayores beneficios a nivel de puntualidad, de cambiar servicios, etcétera».
En relación con los contratos de Saerco con Aena, se establece una cuantía fija mensual que depende de cómo se haya adjudicado el contrato. Además, en algunos casos, se incluyen cláusulas específicas, como por ejemplo, en situaciones de cambios significativos en los horarios de un aeropuerto. Estas cláusulas pueden modificar las condiciones del contrato en función de si la demanda aumenta o disminuye.
En cuanto a los meses con mayor número de viajeros, las cuantías fijas no sufren cambios, independientemente de la variación en la demanda. Es decir, estos contratos se establecen por una cantidad determinada para un período específico de años, sin considerar las fluctuaciones mensuales en el tráfico aéreo. En consecuencia, los ingresos de Saerco no dependen de la demanda general de tráfico aéreo.
Los controladores de Saerco
Según el director general de Saerco, las condiciones laborales de los controladores se ajustan a la normativa y a lo establecido por la ley. Aunque se organizan las programaciones mensuales siguiendo esas normas, también se proporciona un margen más amplio y se conceden más días libres. Esto permite que los controladores no alcancen las horas máximas de trabajo que fija la normativa. El objetivo es brindarles las mejores condiciones posibles en su labor.
Jorge Ávila señala que los requisitos de formación para los controladores cambiaron hace aproximadamente una década. Anteriormente, los controladores debían recibir una formación completa que abarcaba el servicio de control en bloques de aproximación y ruta. Sin embargo, en la actualidad, la formación se ha optimizado y se enfoca únicamente en el servicio que van a prestar, lo que permite una formación más eficiente.
Para convertirse en controlador aéreo, no es necesario tener estudios previos más allá de un buen nivel de inglés. Sin embargo, sí se realizan pruebas llamadas FIFT, que evalúan las capacidades innatas que debe tener un controlador para desempeñar su función.
En cuanto a la formación específica de controladores en la isla de Lanzarote, todos ellos reciben la formación de control de aeródromo, un curso que dura aproximadamente siete u ocho meses. Saerco tiene una escuela propia donde imparten esta formación.
Según el Convenio Colectivo de Control, los controladores con antigüedad anterior a febrero de 2010 que trabajan en la empresa pública Enaire, cobran en promedio 200.000 euros brutos anuales. En cambio, en Saerco, una empresa privada, el sueldo anual promedio es de 45.000 euros.
En Saerco, el personal asalariado está regido por un convenio privado que es el mismo para todos los aeropuertos de gestión privada. El sistema de aumento salarial está basado en la antigüedad del empleado: cuanto más tiempo lleva en la empresa, cada tres años se le incrementa automáticamente el sueldo en más del 10%.
Cuando los trabajadores de torres de control que pertenecen a empresas públicas pasan a manos de Saerco, tienen la opción de cambiar a otra torre de su misma empresa o ser contratados por Saerco. En este caso, los sueldos no están sujetos a una regla específica, sino que se negocian caso por caso. Aunque algunos pueden mantener el convenio anterior, hay personas que pueden negociar sus salarios en función de las circunstancias individuales.